Vortex

Samuel Rousseau

19 Abril 2008

2 pilas de 3 neumáticos de 4 X 4, vídeo 103 x 53 cm Cortesía: Galerie Polaris, París

En Vortex tres neumáticos apilados sirven de soporte a un vídeo que muestra un conjunto de automóviles sorprendidos dentro de un tornado en un inacabable movimiento en forma de remolino. La imagen de una multitud de coches dando vueltas de manera interminable en torno a un círculo traduce perfectamente algunas de las sensaciones que podemos desarrollar ante el flujo incesante del tráfico en algunas zonas o carreteras. Samuel Rousseau acostumbra a jugar con los sentidos del espectador para construir sensaciones nuevas ante situaciones conocidas. Éste es el caso de Vortex: la traducción poética y sensorial de una realidad cotidiana e inagotable como es el tráfico. La reducción de escala de los coches hasta el tamaño de un juguete, el humor implícito en la sensación de que más que dentro de un tornado los automóviles se encuentren en un desagüe y la ilusión óptica del movimiento giratorio, permiten dar la vuelta a la realidad ordinaria transportándola hacia el terreno de la ironía y la ilusión. Aquí, una realidad tan cotidiana como es el tráfico y su naturaleza puede ser contemplada simultáneamente como algo absurdo, poético, hipnotizante o excesivo.