Todos los Volvo que cruzaron delante de mí en Hällefors (Suecia) el 19 de mayo de 2006 de 16.49 a 17.01

Juan del Junco

16 Diciembre 2006

14 fotografías. 30 x 45 cm c/u. Cortesía: Galería Magda Bellotti, Madrid

La transformación y condicionamiento del paisaje urbano es una constante de la reflexión sobre las consecuencias de la cultura del automóvil. En esta obra no se trata sólo de que el aspecto y el ritmo de la ciudad estén en buena medida presididos por el tráfico y la presencia del coche, sino también de la manera concreta en que el automóvil forma parte específica de cada sociedad. La territorialización de una determinada marca (Volvo = Suecia) es un factor indudable de caracterización y definición, ya sea del paisaje o del mercado automovilístico. El relato de Juan del Junco sobre el origen y desarrollo de su obra es muy revelador en tal sentido:

“Al principio de mi estancia en una localidad sueca, con motivo de una beca, me resultaba imposible trabajar. El encanto de lo exótico de la Suecia profunda me impedía hacer otra cosa que deambular. Poco a poco me di cuenta que todo ese paisaje y los habitantes del pueblo me eran muy cercanos, como si ya los hubiera visto miles de veces. Lleno de tópicos: la furgoneta, la biblioteca con señoras simpáticas, el castor disecado en la farmacia, los supermercados con adolescentes trabajando, los gamberros con el coche macarra, los inmigrantes, los trabajadores de la gran fabrica de acero con sus monos de peto sucios de herrumbre… y encima Volvos por todas partes, mi marca de coches favorita. Miles a mi alrededor, V70, V60, C70…Volvos, Volvos, Volvos y entre medio algún Saab.

La calle principal del pueblo tiene la biblioteca, la farmacia, la policía local, el colegio de enseñanza primaria, dos supermercados y un restaurante de comida rápida. Recordé que en mi tierra, cuando pasas por un pueblo de la provincia de Cádiz, ves personas mayores, jubilados, sentados en la calle principal viendo coches pasar. Puse mi cámara en un trípode. Encuadré el único punto con vida del pueblo y empecé a clasificar. La vuelta al análisis, a la enumeración de la realidad. Y Volvos a mi alrededor… ¿los cuento?”