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Carmen Menéndez

1 febrero 2023 – 11 marzo 2023

Su primer cortometraje como directora, “No Jungle” (2017), muestra la experiencia de un grupo de refugiados sirios que tratan de cruzar a Inglaterra desde un campamento improvisado en la ciudad de Calais (Francia). Presente en más de 20 festivales nacionales e internacionales, fue estrenado en sección oficial del Festival Internacional de Cine de Málaga y recibe -entre otros- el premio a la Mejor Cineasta de la Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA) y la mención especial del jurado en el Festival Alcances de Cádiz.

En su faceta como montadora hace trabajos de publicidad, videoarte -es colaboradora habitual de la artista Rosana Antolí, con piezas como The Immortal Jellyfish (2019) para la Tate Modern de Londres- videoensayo y documental. El desarrollo de creaciones con metraje encontrado es uno de los puntos principales de su práctica, con piezas como “¿Esto es humano?” para el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) -que también correaliza y codirige-, sobre los mecanismos de manipulación de la percepción en discursos políticos de ultraderecha. En relación con este tema ha desarrollado talleres participativos en centros de menores no acompañados de la ciudad de Barcelona en colaboración con una ONG internacional.

Actualmente desarrolla el largometraje documental “Guía de Confección sin Patrón”, concebido como un manual de costura y otras prácticas a partir de la experiencia de las antiguas obreras de la fábrica de camisas IKE – Confecciones Gijón en sus 10 años de huelgas.

Proyecto en residencia

Guía de Confección sin Patrón

Guía de Confección sin Patrón es un largometraje documental que hace visible en el espacio público del Gijón actual la experiencia de las trabajadoras de la fábrica de camisas masculinas IKE: 277 mujeres fueron despedidas en plena reconversión industrial de los años 80, lo que provocó un conflicto laboral de diez años e incluso, un encierro en la fábrica durante los cuatro últimos.

Aprendieron a hacer barricadas, ocuparon un barco mercante y llegaron a presentarse a las elecciones. Nunca recuperaron el puesto de trabajo por el que luchaban. Esta película habla de cómo la sociedad, históricamente, ha dado poco espacio a las mujeres para ser conscientes de que pueden defenderse. Las trabajadoras de IKE representaron una disfunción: rompieron el patrón de conducta que se les había impuesto y sacaron al espacio público uno propio, basado en la defensa de la compañera que tenían al lado.

Reconectar la ciudad con la memoria de las extrabajadoras de IKE amplifica la capacidad de acción y reparación de la comunidad al completo. La película construye un gran ágora ciudadana para la reflexión de las protagonistas y de los testigos. Y conecta a las protagonistas con las trabajadoras del presente.


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