My First Car

Zilla Leutenegger

23 Marzo 2001

Videoinstalación. 7’

La imagen de un coche dando vueltas de manera interminable alrededor de un cráter en un paisaje lunar reúne el mundo de la ficción y el mundo de la realidad del modo que es habitual en las obras de Zilla Leutenegger. Una interrelación que abre paso al espacio del deseo, de la alienación, de la interioridad, de la libertad o de la subversión de modelos y patrones. El paisaje lunar ha sido utilizado en otras ocasiones por la artista, además de en su vídeo My First Car [Mi primer coche]. Un territorio que pertenece tanto al mundo de la realidad como de la fantasía sobre el que es posible presentar de un modo alternativo comportamientos y actitudes. El gesto de conducir con la música puesta y dando vueltas sin más remite con claridad a una esfera de puro entretenimiento, de ocio con marcado acento juvenil. Leutenegger deja clara en una entrevista su interés por el ocio y el sentido y la sensación que encierra matar el tiempo: “Los niños siempre tienen tiempo libre y no hacen nada. Como adulto, todavía conoces la sensación pero tienes menos tiempo, así que te das a ti mismo menos permiso”. El comportamiento y la cultura material son observados desde otro lugar, el que corresponde a la disolución de los límites (de edad o de actitud), a la funcionalidad y el rendimiento, o a los placeres perdidos.