1 septiembre 2024 – 31 enero 2025
Noemí Iglesias (La Felguera, 1987) trabaja con medios escultóricos y formatos performativos de larga duración y es un claro ejemplo de nomadismo contemporáneo: desde el año 2009 Noemi ha vivido y trabajado en Grecia, Inglaterra, Bélgica, Portugal, Hungría, China y Korea.
En 2019 recibió la titulación de Master en Porcelana por la Tainan National University of the Arts, donde estudió sobre prácticas cerámicas contemporáneas gracias a la Beca ROC Taiwán del Gobierno Taiwanés.
Recientemente ha tenido su primera exposición individual “Love me Fast” en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza de Madrid, comisariada por Rocío de la Villa; también ha recibido la residencia «Artificial Empathy» en Gluon (BE) convocada por Ars Electrónica con su proyecto “The Falling City”.
Actualmente, Noemi está investigando sobre procesos de extracción y reciclaje urbano de Cobalto dentro del departamento de escultura de la Universidad de Bellas Artes de Lisboa gracias a una beca de la Fundación para la Ciencia y Tecnología (FCT). Este proyecto también está siendo apoyado por la Consejería Cultural y Científica de la Embajada de España en Bélgica, y la PXL-MAD University en Hasselt.
Próximamente, en el mes de dficiembre, inaugurará la exposición individual «Landscapes of Affection” en el Museo de Bellas Artes de Asturias, comisariada por Blanca de la Torre.
Proyecto en residencia
Las relaciones contemporáneas se construyen, gestionan y almacenan a través de nuestros dispositivos móviles, lo que nos puede llevar a considerar estos aparatos como una parte activa de nuestro organismo, es decir, una extensión corporal de momentos íntimos y relaciones humanas. Gradualmente, hemos llegado a aceptar el intercambio de estas informaciones sensibles por servicios gratuitos y convenientes de mensajería o hiperconectividad que paralelamente transforman aspectos de la vida humana en datos computacionales.
A través de este proceso, conocido como datificación, grandes dominios de acciones sociales se vuelven susceptibles de seguimiento en tiempo real y análisis predictivo, transformando la intimidad en valor y llevándonos a un sistema escalonado donde la conciencia cualitativa de nuestras relaciones emocionales se ve aplanada por una acumulación cuantificable de datos.
Existe una creencia generalizada en la datificación como un reflejo objetivo del comportamiento humano. Sin embargo, el algoritmo empleado es intrínsecamente selectivo y manipulador, ya que identifica patrones de conducta o actividades en base a los datos que se dejan de manera inconsciente cada vez que interactuamos con nuestros dispositivos móviles.
Sobre este contexto se plantea la producción de la pieza Dat – Astral Chart, una máquina de predicciones aleatorias que reúne 12 tipos de personalidades basadas en el comportamiento digital de los usuarios.