31 julio 2024 –
Lucía Batalla Tuero (Gijón, España, 2000) es graduada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid (2018 – 2022). Posteriormente ha cursado el Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (2022 – 2023), coordinado entre el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la UCM y la UAM. Durante este periodo se ha especializado en la rama de Teoría y Crítica del Arte. Actualmente se encuentra en Bélgica participando en un proyecto de voluntariado europeo para un centro artístico, cultural y ciudadano.
Su producción y líneas de investigación recientes reflexionan en torno a la idea de ‘naturaleza’, con especial atención a la difuminación entre las categorías natural / artificial. Sus intereses resuenan con cuestiones como la fabulación especulativa, la problematización del binomio naturaleza / cultura, el reconocimiento de la agencia de lo no-humano y el desplazamiento del antropocentrismo. La alteridad vegetal y su complejidad es su principal objeto de estudio.
Observando modos de hacer propios de la mecánica, la artista produce una serie de artefactos y mecanismos con los que pretende explorar el aparente oxímoron de una ‘naturaleza manufacturada’. La recolección es un proceso clave dentro de su práctica artística, a menudo pensando desde la materialidad de los elementos orgánicos que encuentra, jugando con ellos y observando que movimientos o ritmos sugieren. Destaca su interés por los autómatas y por la sensación de extrañamiento que deriva de animar lo aparentemente inmóvil o inanimado (en este caso, lo vegetal).
Residente en LABoral Centro de Arte gracias al proyecto ‘Autómatas Vegetales’, seleccionado en la I Convocatoria de Residencias Artísticas 2024. Su estancia se centró en nociones como el movimiento de las plantas, el plant-blindness y el tercer paisaje.
Artista participante en la exposición Terranautas. Notas para un nuevo mapa del mundo
Proyecto en residencia
Autómatas Vegetales parte de esta idea para explorar y problematizar cómo nos relacionamos con lo ‘natural’, y más concretamente, con las plantas. Y es que, aunque los humanos no solamos percibirlo a simple vista, lo cierto es que todas las plantas se mueven.
Durante la residencia en LABoral se construirá una serie de mecanismos o artefactos que exageren los ritmos propios de estos seres. Básicamente, diversas ‘máquinas vegetales’ que ficcionen o amplifiquen ante nuestra mirada los movimientos de las plantas, tales como los tropismos y las nastias.
Mediante este acercamiento poético a lo vegetal se pretende quizá una ―modesta― llamada de atención sobre el denominado ‘plant-blindness’, es decir, el sesgo por el cual ignoramos sistemáticamente la presencia de las plantas. Se prestará especial atención a aquellas especies consideradas menos bellas o nobles, como la maleza o la flora silvestre que crece espontáneamente en los márgenes.
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Proyecto seleccionado en la I Convocatoria de Residencias Artísticas 2024.