Dentro de cada uno de nosotros pendulan diversos mundos, llevándonos de un extremo al otro. Del silencio al grito. En el extremo más occidental asturiano, casi tres fronteras, se dan la mano lenguas paisajes y silencios encerrados. Hay mundos inmensos conviviendo en esta apartada región transfronteriza donde personas y espacios parecen alejados, corroídos por la desazón, la despoblación, el abandono y la desesperanza. En ese mismo contexto, de dureza y oscuridad, crecen los líquenes, los musgos, la vida.

La protagonista de esta historia es uno de esos enlaces que unen los extremos aparentemente alejados. Porque dentro de la misma persona, dentro de una misma vida, pueden llegar a tocarse, acercarse y encontrar los puentes, entre el ruido, el silencio y todo lo que queda en medio.

Proyectos seleccionado en la II Convocatoria de Residencias Arísticas 2021