Paulina Wallenberg-Olsson activará la instalación Writing Corpora, de Gary Hill, dentro del programa de performances de la exposición Presencia Activa
La artista sueca Paulina Wallenberg-Olsson activará este sábado, 20 de octubre, la instalación Writing Corpora, de Gary Hill, considerado como uno de los pioneros del videoarte. Writing Corpora forma parte de Presencia activa, exposición coproducida por el Centro de Arte y Creación Industrial de Gijón y MARCO, Museo de Arte Contemporánea de Vigo. La muestra, comisariada por Sergio Edelsztein, Director del Center for Contemporary Art de Tel Aviv, y Kathleen Forde, Directora Artística de Borusan Contemporay, Estambul, analiza el rol del artista y del espectador y las infinitas posibilidades de interacción entre ambos a través de la obra de 12 artistas internacionales.
Gary Hill (Santa Mónica, 1951) ha trabajado desde los años 80 con la idea de vídeo-instalación como un todo que envuelve al espectador de manera psíquica y física. A partir de las siete de la tarde del sábado, 20 de octubre, el público podrá presenciar la interpretación que de esta pieza realiza Paulina Wallenberg-Olsson, una de sus colaboradoras habituales en distintos trabajos.
Writing Corpora (2011) es una instalación y una performance en la que el artista californiano, fiel a su interés por la lingüística, por sus matices y dobles sentidos, juega con expresiones idiomáticas comunes, con frases hechas que aluden a partes del cuerpo humano, para ilustrar significados. Gary Hill se apropia de estas frases o expresiones y las escenifica en su sentido literal, de modo que pone de manifiesto su incongruencia y absurdo. Las alusiones al cuerpo humano pierden su funcionalidad anatómica y se convierten en parte de procesos metafóricos y asociativos. Writing Corpora es una obra de traducciones.
Las expresiones son traducidas del inglés al español y viceversa, y también de la lengua hablada al lenguaje físico. Más aún; a través de la tecnología, la presencia corporal del artista es “traducida” a una existencia virtual en la que él mismo queda plasmado. Pero todas las traducciones son imposibles y dan lugar a una cadena tergiversada y deficiente de la que también forma parte el espectador, que interacciona con la presencia virtual del artista y con las frases así “materializadas”.