Dirty Car

Franck Scurti

10 Abril 1997

Vídeo. DVD 5’

En el vídeo Dirty Car asistimos a una escena de extraña intimidad: vemos entrar un coche en el plano de la imagen, se para, un hombre desciende del vehículo y comienza a andar a su alrededor para poco después empezar a lamer la carrocería. A continuación, el personaje se vuelve hacia la cámara y dirige su mirada al espectador. Franck Scurti, que ha reflexionado en profundidad sobre la posición del objeto en la sociedad contemporánea y sobre el sistema de signos que nos rodea, desarrolla en esta pieza un acercamiento al objeto, en este caso un automóvil, como indicador de la naturaleza humana. El hecho de que el coche sea un Sunbeam de los años 60 es revelador, ya que se trata del tipo de coche utilizado en alguna de las primeras películas de James Bond y por el Súper Agente 86. El papel seductor que ocupa este vehículo en el imaginario colectivo está íntimamente conectado con la acción que vemos en el vídeo: cortejo, seducción, erotismo. La mirada directa del personaje hacia la cámara convierte la escena en un acto de voyeurismo que implica directamente al espectador, acentuando el carácter fetichista de las imágenes. La significación del automóvil como fetiche sitúa la propuesta en un contexto de reflexión en torno a la seducción de los objetos en la sociedad de consumo: un acto metafórico de intimidad entre objeto y consumidor, un ejercicio de atracción y seducción.