Del arte más que del frío

Jacobo Bugarín

29 septiembre 2017 – 28 enero 2018

Del arte más que del frío reflexiona sobre el cambio de modelo al que las instituciones se ven sometidas. El avance tecnológico ha proporcionado una expansión rápida y una fragmentación del conocimiento, pero sobre todo un cambio en los modos de acceso. La democratización de la información facilitará el paso del conocimiento general consensuado al particular subjetivado. El eje principal sobre el que se asienta el proyecto es la supresión de la distancia (y por tanto de contemplación) : la que mantenemos con la obra, la que existe entre el artista y las instituciones pero también aquella que nosaleja de los afectos. El proyecto propone un acercamiento entre personas que es tratado de manera literal a través de un juego que involucra, de un modo u otro, a todos los agentes implicados y altera los tiempos y las formas tradicionales de recepción de las ‘obras’.

La pieza central se articula en base a los problemas de acceso al conocimiento. Una instalación cerrada en sí misma que se expresa en capas y capítulos cuyas claves no son del todo reveladas. Obstáculos generados por el poder y que se deben a diferentes problemáticas: entre otras la privatización de la información -también la privatización de esta propia obra-, el control de los estados o la especialización en el lenguaje que dificulta el trasvase de conocimiento.

Por otra parte la exposición se despliega mediante la creación de diferentes estructuras y objetos en el espacio construidos a partir de los restos de la obra anterior. Materiales blandos o mixtos que se expanden y que no siempre son identificados como obra; luz, vídeo-proyecciones, objetos y audio que desvelan otra forma de comprender el arte mucho más torpe, difusa y en la que el material ya no significa nada por sí mismo.

Detrás de toda la instalación, una cadena de afectos, instrucciones y materializaciones ocultas que insisten en el cambio de percepción y desplazamiento de las estructuras de las que hablamos y en las que se evidencia que, sin el artista y el entramado de personas que lo hacen posible, el museo carecería de sentido.

El espacio se convierte en laboratorio y lugar de encuentro afectivo. La institución se aleja del objeto y del espectáculo transformándose en tropiezo imperceptible, inútil. En definitiva, se trata de establecer esa subjetividad individual y de encontrarse con los cuerpos en este enorme lugar, anulando la perspectiva en la que se basa el régimen estético propio de los museos (la supuesta objetividad moderna no es más que la ocultación de una clara situación de desigualdad). La materialización de ese objeto y la relación que establece con la estructura que lo alberga; cuerpos fragmentados, comunicaciones ocultas (virtuales, físicas, afectivas) o nuevos modos de relación con los públicos. Y, claro, la imposibilidad de comunicación que, ahora mismo, todo esto supone.

“Te repito que creo que me voy a equivocar, pero te digo que te acerques lo suficiente. Para mí por un lado están los focos -lo que está dentro de los focos- y por otro el resto de la exposición. Todo eso que hace que lo que ves dentro lo percibas y lo reconozcas como obra. La distancia entre nosotros aquí es demasiado grande y me resulta imposible acceder a ninguna persona. No te conozco de nada y así, tan lejos los unos de los otros, difícilmente podremos entablar una conversación entre iguales. Es por eso que el afecto tendrá que venir esta vez de fuera para que todos estemos arropados y que este espacio tan inmenso pueda tener algún destello de vida. Tendré que llamar a la gente que me quiere y compartirla contigo. Me encantaría que no pensaras que lo que yo soy o hago no tiene nada que ver con ellos. Por favor, no me preguntes si esos encuentros tienen que ver con la exposición o con la actividad de mediación, si se sucederán antes o después: ni siquiera si serán físicos o virtuales. El encuentro será torpe pero sincero. Y es que lo único que tengo claro ahora mismo es que lo particular subjetivado nunca fue solo un individuo…”

Del arte más que del frío es el proyecto ganador del Premio LABjoven_Los Bragales, convocado conjuntamente por LABoral Centro de Arte y Creación Industrial y la Colección Los Bragales.

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