Serie Voitures. 3 fotografías. Impresión en plata sobre aluminio. 150 x 120 cm. Ed. de 3 + 2 P.A.
Las fotografías de Valérie Belin compiten en materialidad y presencia física con los propios elementos que registra. Ya se trate de objetos o sujetos consigue restituir y captar la singular esencia que los define y los envuelve a través de un procedimiento fotográfico que juega con la frontalidad, el aislamiento del tema, la iluminación y el formato. Esa esencia en Valérie Belin tiene mucho que ver con el tratamiento casi escultórico que aplica a los objetos, los aísla, se concentra en ellos, estudia sus cualidades formales, las superficies y los volúmenes, hasta conseguir que desprendan algo de su energía material. Es precisamente esa materialidad saturada y autónoma la que nos habla de un desgajamiento profundo, el que se produce entre el objeto y el hombre. Reducidos al estatuto de puros iconos materiales reactivan en nosotros la percepción de que precisamente hay algo que está ausente en estas imágenes: el origen y la memoria de la materia. Ante los coches accidentados en los que cada huella del accidente aparece resaltada minuciosamente, o ante los silenciosos, poderosos e imponentes motores, sólo podemos preguntarnos sobre la naturaleza de aquello que vemos. Es tal la ausencia de contexto y tal la fuerza física de su presencia que nos vemos obligados a preguntarnos por las condiciones de su existencia. Una existencia que nos devuelve directamente a nuestra realidad junto a lo material. La contemplación de los motores y de los coches aplastados tras el accidente son una perfecta metáfora de los límites extremos en que se mueve la cultura del automóvil y por extensión la cultura tecnológica: su fetichización y su fracaso.