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La obra de Eko Nugroho se inspira en el mundo del cómic y el dibujo animado, plasmándose en imágenes fijas o en movimiento, en dibujo o en pintura, en murales o en grandes bordados de gran escala. A menudo, sus personajes, a medio camino entre el hombre y la máquina, van acompañados de unas extrañas e irónicas afirmaciones dentro de bocadillos tipo cómic o en eslóganes impresos en camisetas, a veces amenazadores y recordando experimentos científicos fallidos en los que los humanos han mutado en criaturas que recuerdan a alienígenas. Impregnada de un humor macabro y satírico y sencilla en apariencia, a menudo la obra de Eko muestra una figura central contra un fondo simple, presentado como una sucesión de escenas sencillas procedentes de una narrativa mayor. La narrativa de Eko se inserta en la cultura javanesa y en sus encuentros con lo cotidiano. La política, las condiciones sociales de sus entornos y las contradicciones de la naturaleza humana son algunas de las ricas fuentes en las que bebe. El de la chimenea es un tema recurrente, tomado del actual paisaje indonesio y que constituye un símbolo de industrialización, pero que para Eko porta a la vez un significado más profundo y apunta a la deshumanización de un individuo en trance de convertirse en algo más cercano a la máquina y más desprovisto de sentimiento, dentro de una cotidianidad cada vez más reglamentada y condicionada por las presiones y expectativas de la sociedad en general.