Robot y manguera; extintor. Dimensiones variables
Cortesía del artista
Genialidad y tenacidad son indispensables en el desarrollo tecnológico, y ambos adjetivos los aplica con tesón este artista a su obra, probándose a sí mismo en su capacidad de idear nuevos usos para objetos ya existentes o crear nuevos objetos a partir de elementos funcionales, cuya utilidad es, a veces, surrealista en su nueva modalidad.
En el trabajo de Guillem Bayo, el aspecto lúdico y paradójico que muestran sus piezas nos remite al uso de las máquinas y la necesidad que de ellas tiene el hombre contemporáneo, más allá de racionalidades que articulen una idea lógica de progreso como motor y productor de experiencias en el campo de I+D. Bayo trata la relación del hombre con los aparatos que rodean su existencia, pero en su afán por aportar nuevos usos, sus investigaciones avanzan por caminos que a veces son inútiles, erróneos, o sin un fin determinado ni claro en el terreno práctico.
Esforzarse en una idea obsesiva, que va creciendo en el cerebro del artista hasta que tiene que llevarla a cabo irremediablemente, parece ser el método de trabajo de Guillem Bayo, artista curioso de todo lo que le rodea, y si ese algo lleva un motor dentro, mejor que mejor. En un método similar al impulso de los científicos obsesionados por entender una teoría, explicarla mediante un experimento o ser capaces de sacarla adelante con un cálculo imposible, a Guillem Bayo no le importa que otros lo hayan hecho ya, porque cada cual tiene sus retos y sus deberes que cumplir.
La ciencia consiste en aplicar una mirada inteligente: observar, asombrarse y a partir de ahí, pensar con mayor curiosidad. Intuición y lógica acompañan a las ganas de aventurarse a dar un paso más allá. Y Bayo, en busca de inspiración en uno de los centros de exposiciones donde se presenta esta muestra, descubrió las mangueras extintoras de emergencia, dormidas en su caja y esperando no ser nunca necesarias, así como los extintores que, deseosos de probar su utilidad, acaban funcionando cuando nadie los necesita, en una serie de nuevas piezas denominada Misfits.