Ser absurdo

Cristina Busto Álvarez

25 Abril 2016

Instalación audiovisual

La intimidad de una habitación es el espacio en el que nos dejamos llevar por nuestro instinto sin prejuicios, donde podemos ser quien queramos, conectarnos a Internet y reinventarnos. Sobre la mesa un ordenador encendido emite una película que nos guía por una cadena de información infinita. Sin embargo, esta aparente libertad sólo se nos concede con el fin de que permanezcamos alienados y adictos a nuestro Smartphone.

En el contexto del capitalismo, cuando no cobras por algo es que tú eres el producto: las redes sociales se alimentan de nuestras imágenes y pensamientos; deciden qué es lo que vamos a recordar y lo que no. Constituyen un mercado en el que toda la información se presenta al mismo nivel, frivolizando los temas más serios y dignificando las mayores banalidades, ofrecen 1000 amigos virtuales y nadie real en quien confiar. Las formas de comunicación actuales, en lugar de unir a las personas, se convierten en herramientas de soledad y aislamiento con las que alcanzamos un estadio absurdo en el que dejamos de reconocernos, en que nuestra personalidad se desdibuja en una deriva de imágenes.

A través del uso de animación tradicional se crea una ruptura en la narración con la que la autora nos propone un retorno a lo que nos ancla a la realidad y nos devuelve a quienes somos. Toda la apariencia y el imaginario de las redes se transforma, buscando la visión de la mente pre-internet. Lo étnico se abre paso manifestándose ante lo moderno, poniendo en valor temas como los ritos, los animales, la naturaleza, los oficios, el lenguaje o el folklore.

Producido por LABoral Centro de Arte y Creación Industrial.