Instalación / Técnica mixta. Dimensiones site-specific.
Un foco recorre un poste de metal y gira abruptamente sobre su propio eje, evocando el movimiento coreográfico de un “baile de barra”. En una sala oscura, el punto de luz se desliza arriba y abajo, gira, se aleja, se mueve formando suaves arabescos y sigue elaboradas series de ritmos repetidos y estocásticos. El tempo varía entre prestissimo y andante, con pausas frecuentes que modulan el ciclo de cinco minutos. Las rápidas rotaciones de la luz producen un “punteado” del espacio, la frenética sensación de ser perseguido por un reflector o una cámara de seguridad. Como forma animada, Samani parece expresar una inteligencia extraña, la división esquizoide entre la máquina cinética y la subjetividad humana. Al ejecutar sólo su iridiscente y programada danza, difiere la legítima crisis del agente por “actuar en el mundo” y así “responder a preguntas importantes”.