Parkings

Maider López

9 Diciembre 2006

4 fotografías 100 x 67 cm. Ed. 1/5 + 1 P.A

En Parkings, los coches al aparcarse van definiendo espacios arquitectónicos. Me interesan en especial los lugares muertos de la ciudad, a los que ya Gordon Matta-Clark dedicó especial interés, y que cada día más son lugares en extinción dentro de la ciudad actual donde el metro cuadrado está por las nubes, todo lugar es potencialmente edificable, el espacio es un lujo y los espacios inhabitados cada vez más escasos.

Las líneas en la carretera nos marcan los espacios de aparcamiento, definen la distribución de los coches, teóricamente aprovechando al máximo el espacio y “democratizando” el espacio para el uso de todos. En los descampados y lugares improvisados de la ciudad que se utilizan para dejar el coche sin leyes predispuestas, sin líneas en el suelo que nos indiquen en qué posición dejarlo, interviene la improvisación de los conductores. El espacio se va llenando “lógicamente” y cuando ya está lleno llega la inventiva del conductor creando nuevos espacios donde no los había. Inventando nuevos espacios. Y lo que surge en ese “todo vale” es lo que me interesa. Los coches generan espacios arquitectónicos (a la manera de las ciudades creadas sin plan, el chabolismo o los mercados de los domingos), crean calles y callejones donde antes sólo había un único espacio diáfano.

Si al llegar los coches van ocupando los espacios de una forma lóg- ica, la retirada es lo opuesto. Los coches se van yendo de forma azarosa, dependiendo de las razones personales de los dueños. Este proceso de reti- rada aleatoria deja coches en sitios sin sentido, su distribución en el espacio sigue una lógica que ya no llegamos a comprender en la medida en que nos faltan los elementos que marcaban su sentido.

De Maider López