Instalación interactiva
“Una característica específicamente humana es que todos los aparatos funcionales del hombre nunca pueden saturarse; ansían impresiones siempre nuevas tras cada nueva percepción. Esto explica la permanente necesidad de realizar nuevos experimentos.”
Moholy-Nagy
A modo de relaciones cinéticas de luz proyectada, el Modulador de Luz 3.0 (2008) explora posibilidades en torno a distintas relaciones y comportamientos entre la luz y el sonido en función de las acciones sonoras que los usuarios realicen; la relación luz-espacio-tiempo/reflejo-sombra-movimiento que el originario Modulador de Moholy-Nagy planteó se amplía ahora con la incorporación del sonido, en búsqueda de nuevas relaciones espacio-temporales donde se ha incorporado el reto de construir en un espacio vacío una red de relaciones.
La instalación se presenta como un espacio escénico vacío, a la espera del acto del habla; hablar por los micrófonos para atraer la luz teatral. Pero el comportamiento de las luces en relación a lo parlante, lo sonoro y lo musical propicia juegos imprevistos; distintos roles y actitudes de la luz: a veces de forma rápida e intensa, otras dubitativa o tímidamente se dirigen hacia un micrófono u otro. Una física social de acciones y reacciones en la que no siempre se alcanza la iluminación deseada para todos los espectadores-actores.
Entre los micrófonos, que actúan como capa o estrato sensor, y los tres focos robotizados por DMX, se sitúa un software específico realizado en C++ —como capa o estado de sinapsis— para generar un ambiente lumínico interactivo de carácter semiautónomo donde el movimiento de la luz, es dado como respuesta o capa de salida. Esta red de relaciones es retroalimentada por un patch de audio, realizado en Max/MSP, para la generación de sonido en tiempo real en función de los datos de entrada. Estrados fijos en flujos variables —puntos, nodos o agentes— que gestionan la estructura de sus relaciones. El Modulador, como máquina espacial-compleja, incluye la visualización de las “posibilidades” generadas (la potencialidad del acontecimiento); a modo de esfera de valorización retiene los trayectos, el registro de lo sucedido en representaciones gráficas como agenciamiento recíproco entre el sistema y cualquier espectador-actor que pasado el tiempo se aproxime para «saber más» sobre el mecanismo.
Las máquinas de luz, micrófonos, algoritmos y microprocesadores designan la especificidad de un devenir técnico, previsible, sólo alterado por las intervenciones de los espectadores-actores a través de los micrófonos, quienes introducen en el sistemaModulador de Luz 3.0, la quiebra en la rutina maquinal a partir de conexiones o enlaces (unión todos con todos, lineales, predeterminadas,…) que generan “red”, praxisgeneradora de heterogeneidad; red imaginaria, siempre abierta en todas direcciones, de naturaleza procesal que no busca evaluar un posible resultado final (adaptación competitiva al medio) como imagen del desarrollo incontrolado de la técnica, ya que elModulador de Luz 3.0 funciona, en origen como un sistema que ante la ausencia de intervención no puede sustraerse a la repetición, al reposo, al caos.
Laboratorio de Luz
Participan: Amparo Carbonell, Salomé Cuesta, Maribel Doménech, Dolores Furió, Carlos García Miragall, Trinidad Gracia, Moisés Mañas, Emilio Martínez, María José Martínez de Pisón, Emanuele Mazza, Dolores Piqueras, Francisco Sanmartín, Ulrike Gollner y Jeldrik Schmuch. Agradecimientos: Universidad Politécnica de Valencia