Vídeo, 18’
De la destreza del mago depende lo que uno es capaz de ver o, también, aquello que le pasa inadvertido al espectador. De la rapidez de sus manos depende el nivel de realidad del truco. En un patio, de la ciudad de Tánger, unas cortinas terminan de esbozar los contornos de un escenario dedicado a la ilusión. El programa de la función incluye la aparición de bolas de ping-pong y palomas blancas, tragasables y, finalmente, el intento de reproducir un truco ciertamente difícil, El sueño del gallo.
Cortesía: la artista y Galerie Polaris