iMac, Quartz Composer, micrófono, proyector , 200 x 150 cm
La huella es una obra generativa que discurre en un bucle de creación, adaptación y destrucción. Es una reflexión sobre la supervivencia y evolución de la naturaleza, un proceso sin fin que tiende a situarse en un punto intermedio de estabilidad. El público provoca con su comportamiento que la obra, permeable al entorno, se transforme y evolucione. La ausencia de actividad a su alrededor hace que las huellas gráficas producidas con anterioridad se borren, mientras que otros factores externos dejan huellas imborrables. La obra pretende situar al visitante en una posición privilegiada de observador de la realidad de la que forma parte; hacerle consciente de que no todas las acciones tienen consecuencias instantáneas y tangibles, aún cuando puedan ser decisivas.