Te envío besos y flores comienza como un dibujo sobre un papel de la flora que Irene Cuesta recoge durante una residencia en Praga. Allí realizó la mayor parte de vídeos y escáneres 3D que luego materializó en la LABoral a través de la impresora 3D. De esta forma, las flores de un
lugar concreto se convierten en algo tangible que se puede transportar, y regalar ya que tienen una nueva materialidad en este caso más resistente que la suya propia.
Durante su estancia en LABoral, Cuesta ha reutilizado restos de metacrilatos de otros artistas para materializar sus ilustraciones, obteniendo los positivos y negativos de las imágenes dibujando sobre las formas dadas por el propio material y sus cortes anteriores. De esta forma, genera una práctica responsiva que tiene en cuenta lo que hay para ir haciendo.