Proyección sobre mural
La formación de Mario M. Martínez (Gijón, 1988) como grabador juega en este trabajo un papel destacado, conectando una manera concreta de concebir la imagen con la libertad de otras estrategias como el fanzine o el comic.
Ahora bien, aquí la imagen se hace con el espacio, poniendo en paréntesis la función de la pantalla como recolector de miradas. De esta forma, la animación ocupa el lugar y se reivindica no como una técnica, sino como una forma de relacionar las figuras con el lugar que éstas ocupan, a veces real y otras veces proyectado.
No en vano, los trazos simples de la figura contrastan con la mancha que separa sus bordes del fondo, como queriendo ampliar más todavía su participación del entorno.