ÉTERE reacciona ante la presencia de personas a su alrededor para hacerse “invisible”. Una reflexión poética entre lo material, lo inmaterial y las reflexiones del ser humano para buscar su esencia mística.

La pieza se compone de dos partes: una peana a modo de soporte que ocultará los componentes electrónicos y un círculo de metacrilato lacado con pintura termosensible. Cuando los sensores de presencia de la base detecten que se aproxima una persona, el sistema activará unos ventiladores de aire caliente que harán que desaparezca paulatinamente la pintura termosensible (en este caso de color rojo) haciendo que la pieza se vuelva invisible (transparente).

ÉTERE invita a la reflexión, a hacer consciente lo inconsciente. Un ejercicio para liberarnos de una tiranía invisible, dejando surgir en nosotros las claves que revelan el enigma de nuestra identidad con el universo.

Con este proyecto, María Muñiz aúna todas sus facetas como creadora: el diseño industrial, el arte digital y su investigación sobre la relación del arte con el espacio y las personas llevada, en este caso, a un plano no solo físico sino espiritual.