Bruselas, 1973

«En poco menos de diez años, Frédéric Penelle, galardonado con el premio del concurso de arte a finales de 2007, ha dado al grabado una repentina explosión de energía a través de su novedoso uso, fundamentalmente original, malicioso y tan divertido como serio. El montaje de cada exposición coloca sobre una pared un enjambre de personajes y objetos que mezclan, de forma lúdica o seria, tiempos, épocas, dibujo, pintura, negro, color, imágenes antiguas y lo que sea, para contar, no una, sino mil historias enmarañadas en las que cada uno reconocerá la suya según su imaginación, lo que haya vivido, sus sueños o inquietudes.

En un conjunto heterogéneo y asombrosamente coherente en su rareza lineal como un friso, partiendo de una mitología personal que reúne imágenes conocidas por todos, sostiene un retrato del mundo sorprendente y familiar al mismo tiempo. Y esta disposición lúdica, divertida, inventiva, a veces amenazante y también trágica, da constantemente la impresión de que podría ponerse en marcha como si se tratara de una vasta comedia puesta en escena por actores que tienen un extraño parecido con nosotros. ¿Es posible que estemos participando sin darnos cuenta? Muy inspirador y convincente al mismo tiempo». (C.L.)

(La Libre Belgique. 16/01/08)