Nace en Villaviciosa en 1954. Vive y trabaja en Gijón.

Sus orígenes, en contacto con la naturaleza, han marcado notablemente buena parte de su trayectoria artística. Las pinturas de su primera exposición individual, en 1975, ya abundaban en el paisaje, abierto o recóndito, o en sus detalles vegetales. De esta atracción por la naturaleza surge en Fresno un sentimiento panteísta que le lleva a una percepción de la realidad trascendente, unitaria en su conjunto y fractal en sus detalles. En diferentes etapas de su periplo artístico ha transitado por límites fronterizos. Si en sus inicios alternaba la pintura de paisajes con vanitas de inspiración barroca, hoy, con una simbología de los ciclos naturales -de vida y muerte, de lleno y vacío, de positivo y negativo- reúne en unas mismas obras aquella dualidad que inicialmente trataba por separado. Igual sucede con los procedimientos que elige en las distintas disciplinas que practica (pintura, escultura, instalación, fotografía, obra gráfica…), en las que trabaja simultaneando los medios y materiales más tradicionales con las nuevas tecnologías.

La personalidad de Fresno, muy independiente y reacio a las modas, le lleva a admirar a aquellos artistas que destilaron las vanguardias de forma más personal, como Jacques Villón, Juan Gris, Luis Fernández o Morandi.

En la actualidad trabaja en un ambicioso proyecto experimental sobre una nueva espacialidad perceptiva que deriva de la pintura.

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