Nace en Utena, Lituania, en 1964

Vive y trabaja en Vilna. Comenzó creando filmes a principios de los noventa. En sus piezas fílmicas, recurre a la enmarañada práctica de la memoria y efectúa un retrato de una sociedad contemporánea enfrentada a los dolorosos procesos de la historia. La cámara le ofrece la oportunidad de explorar diferentes narrativas y de jugar con el curso del tiempo. En el medio fílmico, Narkevicius encuentra un medio perfecto para investigar los lenguajes sonoro y visual. En sus filmes, las disyunciones entre palabras e imágenes ponen de manifiesto la imposibilidad de crear un documental objetivo. Evita los primeros planos tan habituales del documental contemporáneo, utilizados para subrayar la veracidad del testimonio del personaje entrevistado. Los protagonistas de sus narraciones están, a menudo, ausentes de la pantalla, reemplazados por objetos, dibujos o por otros elementos sustitutivos.