Waves, 2006
Electrónica propia, carpintería, cilindros de acero y cuerda elástica. 130 x 590 x 45 cm
Un largo trozo de cuerda representa tridimensionalmente una serie de ondas que flotan en el espacio, a la par que producen sonido por la propia física de su movimiento. La cuerda que crea el volumen, genera simultáneamente, el sonido al cortar el aire, conformando un único elemento.
Según la cantidad de observadores y sus movimientos, pasará de una línea estable, sin sonido, a formas caóticas de sonidos irregulares a través de diferentes estados de ondas sinusoidales y sonidos armónicos.
Un espacio, por sus propias cualidades, tiene una forma de relacionarse con el sonido, entendiendo el sonido como una serie de compresiones y descompresiones que se desplazan por el aire, de modo que la propia geometría del espacio, así como los elementos que en él se encuentren, incluidos nosotros, influirán en los movimientos del sonido y finalmente en cómo lo percibimos.