Wagen (1998)
Ventiladores, madera y ruedas 120 x 108 x 60 cm Cortesía: Frac Bourgogne
La reducción del objeto a su esencia más elemental, a los componentes básicos que definen su naturaleza y lo configuran, está en la base de la obra de Roman Signer Wagen. En este caso podemos decir que aborda la idea básica de vehículo: cuatro ruedas y un elemento productor de algún tipo de energía que facilite su movimiento. Los ingredientes habituales de la propuesta de Signer aparecen en esta pieza: el objeto, el movimiento y la energía. Con una total economía de medios nos enfrenta a los conceptos que desplegamos para estructurar nuestra relación con los objetos, en este caso concreto con el automóvil y también con la propia idea de la automoción: forma, diseño, utilidad, función, control, velocidad. El espectador se ve interrogado así sobre la auténtica naturaleza del vehículo que tiene delante: ¿es realmente un vehículo?, ¿es conducible?, ¿para qué sirve? Los mecanismos implícitos en nuestra relación con los bienes que nos rodean salen a la luz. La ambigüedad del ventilador cumple un papel primordial en nuestra respuesta ante el prototipo: es fuente de energía pero, ¿es también el volante?