Seven Mile Boots
En la literatura, la tradición popular y los cuentos de hadas alemanes—de Goethe a los Hermanos Grimm—las Botas de Siete Leguas aparecen como el calzado mágico que permite a quienes lo llevan atravesar grandes distancias en un breve periodo de tiempo.
En el proyecto del mismo nombre, Seven Mile Boots, Beloff, Berger y Pichlmair sustituyen magia por tecnología para permitir a los individuos salvar distancias en una especie de geografía de nuevo tipo. Equipadas con conexión inalámbrica, microprocesadores, amplificadores y altavoces, las botas permiten al usuario espiar conversaciones en chats de Internet. Pertrechado con esas botas tecnificadas, puede navegar por los chats y quedarse quieto y callado escuchando varias sesiones al mismo tiempo enterándose de cuanto se dice en el mundo virtual.
Las botas mágicas de los cuentos de hadas pueden atravesar vastas distancias del mundo físico con un solo paso. Sus equivalentes tecnológicas funcionan en un marco geográfico totalmente distinto en el que lo físico se funde con lo virtual. Moviéndose en ambos dominios a la vez, sin tener necesariamente que salvar grandes distancias en el universo de lo físico, el usuario de las botas puede ir saltando de continente en continente en el mundo virtual.
La magia del proyecto interactivo Seven Mile Boots estriba en su utilidad para conectarnos a otro mundo de actividad humana y de conversaciones cotidianas. Pero la persona que calza las botas no es un participante activo de ese mundo virtual sino que adopta el papel del observador pasivo.
Tanto las referencias literarias como el uso metafórico del acto de caminar convierten las botas en un mero instrumento para navegar por chats y para reflexionar sobre los rasgos que caracterizan los diversos conceptos existentes sobre la geografía y la distancia, lo virtual y lo físico. Las conexiones telemáticas abren una ventana a la comunicación múltiple, simultánea y en tiempo real con lugares remotos.
El proyecto de Beloff, Berger y Pichlmair alude explícitamente al concepto de flâneur de Baudelaire: el paseante que vaga sin rumbo fijo por las calles de la gran ciudad y siente un placer casi voyerista al observar a sus conciudadanos. La imagen del flâneur de Baudelaire y del dandy de Oscar Wilde resurge en el contexto de la Red de Redes.
El teórico de los media Geert Lovink recurre a la expresión Data Dandypara definir al navegador de hoy, afirmando que la Red es al dandy electrónico lo que la calle de la gran ciudad al dandy histórico, con las anónimas multitudes urbanas sustituidas por las de los usuarios conectados. Los artistas describen al usuario de Seven Mile Boots como una suerte de super-voyeur que, lejos de circunscribirse a ninguna ciudad determinada, es capaz de recorrer diversos lugares a la vez y observar las conversaciones de habitantes de la red de todo el mundo.
