Kubrick, 2012
Vídeo, 14'
Si cualquier experiencia cinematográfica pertenece de principio a fin a la espectralidad según dejó escrito Derrida en su estudio sobre el cine, en Kubrick la relación entre cine y fantasmalidad se hace patente de forma explícita.
A través de un conjuro performático, la luz proyectada libera las imágenes del territorio propio del espectro, que no es lo vivo ni lo propiamente muerto, dándoles una vez vida, o lo que es lo mismo, dándoles muerte.