Icarus 13, 2006
8 fotografías (80 x 120 cm c/u) y maqueta. Cortesía del artista y Fundación Sindika Doloko, Luanda
El trabajo de Kiluanji Kia Henda, Icarus 13, nos muestra, mediante una serie de fotografías y una maqueta, el paisaje del postcolonialismo africano. Un equipo astrofísico en Angola prepara la primera expedición humana al astro solar. Las ruinas coloniales, que son las fotografiadas —el monumento espacial regalado por el Gobierno ruso a la ciudad de Luanda— se mezclan con imágenes de los trabajadores angoleños instalando la construcción. Un heroísmo fracasado, eso es Icarus 13.
Y es a partir de esta historia de donde surgen ciertas cuestiones que son de actualidad científica y política, que afectan a un futuro que es presente actual en el que el ser humano vive con ansiedad el principio de este siglo XXI, donde la crisis se muestra en la política, en la economía, en la ciencia, en el arte y en los valores sociales y civiles desarrollados por el mundo occidental.
Toda reconstrucción histórica se vuelve mito en su explicación. A partir del regalo envenenado que los rusos dejaron en Luanda, Kia Henda inventa una historia sobre la primera expedición al sol, comandada por el gobierno de Angola, y los trabajadores que instalan el monumento regalado por Moscú se convierten en expertos que preparan el despegue de la nave —que es una maqueta a tamaño gigante y real instalada en la capital de Angola—. Un sueño utópico de un país en despegue económico tan inestable y surreal como es la posible expedición al sol, que ni la NASA ha contemplado todavía. El mismo nombre, Icarus 13, condena la expedición al fracaso, si recordamos lo que le sucedió al héroe griego.
Ironía, subversión y crítica política aparecen en esta obra por igual, donde el autor nos habla del nuevo colonialismo africano, de fracaso sin mostrarlo, retomando las palabras del primer presidente de Mozambique, que propuso la idea de que el primer viaje al sol lo realizaran africanos para su gloria, y debía hacerse obviamente de noche, cuando el sol no calienta. La ficción supera a la realidad a la hora de lanzar teorías osadas, parece decirnos Henda, que perpetúa la broma, cruel para su propio continente y país. La obra va acompañada de un texto que narra los preparativos de la expedición durante dos años y hasta su supuesto despegue final, para terminar con el clásico “continuará…”