Desbordamientos. Mecanicidad y obsolescencia en el arte y tecnologías actuales

Por Gabriela Méndez y Juan Pablo Anaya

Still de "S O S", Enrique Jezik, 2002. Mini DV. 6’02’’

En las llamadas “sociedades de la información” las tecnologías mecánicas parecen haber perdido su carácter protagonista en el imaginario social y cultural, como si soñáramos, desde hace tiempo, con prescindir de aquellos dispositivos que de modo visible y directo transforman la energía natural en trabajo. En parte, las tecnologías de la comunicación instantánea han configurado el mundo como un espacio para la acción a distancia y en red. Gracias a ellas el flujo de información se ha vuelto más significativo que el pesado movimiento de la maquinaria industrial, lo cual ha motivado una asociación simplista entre lo mecánico y lo obsoleto. En otras palabras, nuestra percepción de la novedad de lo digital ha conllevado un cierto olvido de que la actual sociedad informática está literalmente superpuesta a la sociedad industrial, que se alimenta de lo mecánico y que en cualquier caso, incorpora e incrementa las desigualdades características de la economía global. En esta circunstancia el arte con nuevas tecnologías se ve presionado por una creciente incomodidad ante los discursos apologéticos del desarrollo tecnológico, que lo identifican sin más con el progreso y promueven, en lugar de criticar, la celebración como relación básica con la tecnología. Para nosotros es evidente que las tecnologías mecánicas, lejos de ser sencillamente obsoletas, continúan desarrollándose y condicionando de diversas formas nuestra relación con el mundo actual. En el fondo, lo que es interesante es la medida en que el arte puede posicionarse críticamente ante el tecno-entusiasmo global a partir de conceptos propios de lo mecánico y lo obsoleto. En este sentido, la selección apunta hacia un desbordamiento de la máquina como ejercicio crítico por parte del arte con medios “nuevos” y “viejos” específicamente en México.