Ciudad residencial, 2012
Instalación fotográfica
Ciudad residencial está formada por una sucesión de cajas sobre pared que contienen, a diferentes niveles, imágenes históricas y contemporáneas. La instalación se refuerza con una serie de planos y documentación antigua montada sobre marcos vintage apoyados sobre el suelo. La atención recae sobre Perlora, un conjunto residencial para “productores” creado durante la dictadura y que, tras una larga y sorda decadencia, sufre las consecuencias de la situación económica y social contemporánea.
Ubicada en la localidad de Perlora, la historia de esta ciudad residencial comienza en 1954 con la intención de, como aparece en un folleto de 1956, facilitar al trabajador: “el acceso al disfrute de todos los bienes de la cultura, la alegría, la milicia, la salud y el deporte.” El complejo fue edificado con las cuotas de los empresarios, sindicatos y “productores” (cada chalet tenia un coste inicial de 55.000 pesetas), organizándose turnos por sorteo entre los trabajadores de la empresa propietaria para el disfrute de la ciudad. En su época de esplendor (años 60-70), contaba con una residencia de 90 habitaciones y 273 chalets diseñados por arquitectos de renombre como Somolinos, Negrete y Busto o Muñiz y García. Llegó a estar ocupada por 1.500 personas atendidas por un personal de 220 trabajadores.
Su decadencia comienza a finales de los 70, cuando las instalaciones, aún en uso, languidecen por falta del mantenimiento adecuado. Esta agonía (incluido el intento de estafa de la Universidad Americana de Perlora) continúa hasta que en noviembre de 2006 cierra definitivamente. Entonces el Principado de Asturias (su actual propietario) inicia un proceso de privatización para dejar el complejo en manos de un consorcio de empresas, con la oposición y las movilizaciones de trabajadores y vecinos. Dicho proceso quiebra en 2010 al incumplirse los plazos previstos.
En la actualidad el deterioro de este conjunto de arqueología industrial único continúa.