Antimatter³ In the Negative Zone, 2003
Instalación. 32 módulos DMX (madera de abedul, tubos de luz de plexiglás y sistema electrónico, 50,8 x 50,8 x 50,8 cm c/u), plataforma de metal en dos partes (203 x 80 cm c/u, altura variable), sistema de sonido Genelec (4 altavoces, 1 subwoofer, mesa de mezclas de 6 canales), 203,2 x 406,4 x 50,8 cm
Angela Bulloch materializa píxeles con los que crear unas composiciones escultóricas que a menudo se inspiran en clásicos del cine. El elemento base es una caja de madera en forma de cubo con una cara translúcida, que guarda un juego de tres tubos de color y un procesador para generar colores con un código idéntico al que produce las imágenes en nuestras pantallas y que se conoce como RGB (Red, Green, Blue). La pixelización —un proceso por el que la definición mínima de una imagen generada por ordenador distorsiona el original— constituye el punto de partida de las “pinturas pixeladas” de Bulloch.
En este caso, la gran escultura-pantalla se compone de 32 píxeles que crean una secuencia de la película de Ang Lee La tormenta de hielo (1997), un oscuro y psicológicamente complejo retrato de una familia de la década de los setenta. Sin embargo, la información queda oculta tras una aparente composición lumínica a la que acompaña una nueva banda sonora: indescifrable como tal, la información adquiere un sentido totalmente novedoso.
Cortesía: Colección, París; Esther Schipper, Berlín