La Red Universal Digital

Fernando Sáez Vacas Universidad Politécnica de Madrid

Tanto por lo avanzado de sus planteamientos y contenidos, como por la estructura misma de su relato –una especie de “Rayuela” electrónica-, es muy posible que “Más allá de Internet: la Red Universal Digital” (2004) sea el ensayo que mejor define la trayectoria de Fernando Sáez Vacas.

¿Hasta qué punto conceptos como Internet, Globalización, Sociedad de la Información, definen tanto el Nuevo Entorno Tecnosocial como al Hombre contemporáneo?

Respuesta: Me resulta difícil responder a esa pregunta, porque el mismo concepto deRed Universal Digital me sigue pareciendo discutible. Incluso yo mismo y en ese mismo libro llego a adjetivarlo como “gaseoso”, porque nombra algo que no existe, o que, si existiera, no tiene forma definida. Nadie, persona, organización o poder, la ha diseñado ni se ocupa de mantener su integridad, que, razonando rigurosamente, no tiene. Más que una realidad tangible, denota una tendencia, por encima de todos los infinitos detalles cambiantes de su realidad material, técnica, organizativa o económica y por eso le asigno una cierta cualidad de metáfora.

P.: No obstante, por más que ese Nuevo Entorno Tecnosocial ( N.E.T.) se presente como un modelo teórico, no deja de afirmar una sólida infraestructura infotecnológica cada vez más densa…

R.: Es cierto, la metáfora se vuelve asintótica. Es decir, aunque esa Red puede no llegar a alcanzarse nunca como tal unidad tangible, a su vez no deja de adquirir esa cualidad creciente de tejido, de capilaridad cada vez más densa que, por ser invisible en su composición y textura, se le antoja a sus usuarios como si fuera un único y coherente sistema.

P.: Cuatro años después, ¿Cuál es su definición última de esa Red Universal Digital?

R.: Llamo Red Universal Digital a un conjunto heterogéneo en plena evolución compuesto por múltiples y diferentes redes: Internet, redes informáticas de área local, redes telefónicas fijas, redes de telefonía celular, redes Wi-Fi, redes de satélites GPS, redes de energía eléctrica con tecnología PLC (banda ancha de información por el enchufe), redes corporales (body area networks), redes de sistema (un automóvil), Internet 0 (Internet de las cosas), redes de circuitos cerrados de TV, etc., cada día más digitales (incluyendo radio y televisión) e interoperables. Un inmenso tejido de redes, complejísimo y casi invisible, del que, por nuestra especialización, se nos escapa la comprensión de su emergencia como un todo o sistema a lo largo del tiempo.

P.: Y sin embargo, por más que nos resulte inabarcable dentro de una definición, la R.U.D. sigue estableciendo nuevas conexiones endógenas y exógenas…

R.: Así es, continuamente se desarrollan o anuncian tecnologías para su interoperabilidad. Por ejemplo, una empresa acaba de anunciar una tecnología capaz de conectar entre ellos muy diversos aparatos (ordenadores, teléfonos móviles, agendas electrónicas, marcos digitales o cámaras digitales de fotografía); también se habla de la prestación PoC (Push over Cellular) para la interoperabilidad entre redes de comunicación vocal de telefonía móvil y de radio.

P.: La génesis de un concepto tan decisivo como éste es tan importante como su relato. ¿Partía de un enunciado o buscaba un modelo?

R.: Los conceptos que uno considera importantes se van construyendo poco a poco, a veces durante años de estudio, observación y reflexión. Como profesor, creo que, desde un punto de vista didáctico, conviene explicar los pasos seguidos en estos procesos personales, como hice hace tres años con mis alumnos por medio de un documento en el que se desmenuza en lo posible cuál es la arquitectura general de esta RUD (W1) . No obstante, ya en el año 1983, andaba desarrollando modelos de convergencia de las tecnologías de la información (W2)y, por supuesto, un concepto operativo que pudiera definirlas. En el año 1998 se me ocurrió hablar de Máquina Digital Total, cuando exponía cómo la ley de Moore (W3) parecía gobernar el crecimiento exponencial de un universo poblado de máquinas, cuyos poderosos mecanismos no son más que grabaciones invisibles sobre un material semiconductor, a escalas cada día más cercanas a las del ADN en el material genético. Finalmente, estos microcircuitos son las células que componen el ciberespacio que nos acaban de describir los expertos. Entonces me refería a algunos de los datos y proyecciones técnicas del futuro próximo que diversos autores expusieron en la Conferencia "The next fifty years of computing", conmemorativa del cincuentenario de la Association for Computing Machinery, ACM -posteriormente publicados en el libro "Beyond Calculation", Springer Verlag, 1997.

P.: Hasta cierto punto, ¿su primer planteamiento fue bio-tecnológico?

R.: Sin el menor acento orwelliano -escribí entonces- podemos conceptualizar un futuro donde esa Máquina Digital Total se convierte paulatinamente en nuestra interfaz para percibir, conocer, registrar y controlar el mundo a través de la información. Pero en 1999, en un conjunto de breves ensayos dedicados a “Lecciones sobre el lado oscuro de la infotecnología”, atendiendo a la naturaleza reticular que iba adoptando esta hipotética máquina, decidí llamarla Red Universal Digital. (W4) Y así se ha quedado.

P.: De entonces a hoy, ¿cada día está más cerca la hibridación hombre-máquina?

R.: Escrito está en el libro sobre la R.U.D. que aquellos microcircuitos en pocos años nos llevaron a la informática indumentaria (wearable computing), una parte de la informática ubicua: textiles tejidos con circuitos que procesan, transmiten o reciben datos y energía, gafas con displays, teclados impresos en la ropa, biosensores de transpiración, temperatura o tensión muscular. Lo propio del humano es aspirar a amplificarse mediante herramientas y prótesis: ampliar y agudizar sus sentidos, multiplicar su fuerza y su memoria, calcular potentemente, llegar más lejos y más deprisa. Siguiendo ese programa, desarrolla también infoprótesis incorporadas, un ajuar informatizado. Siguiendo esa línea, su cuerpo acabaría encapsulado como un nodo de la Red Universal Digital, desde donde podrá enviar o recibir mensajes y datos, y el estado de sus sentidos y órganos.

P.: Conceptos tan innovadores como la R.U.D tardan en consolidarse y necesitan cierto aliento exterior, sentir que participan en alguna corriente de pensamiento de otros observadores. ¿Conocer el punto de vista de ciertos autores, incluso de otras disciplinas, ayuda a ensanchar el horizonte?

R.: Sin duda alguna. Por ejemplo, meses después de la publicación de mi libro, sentí que recibía una cierta inyección de moral en apoyo del uso de este concepto “gaseoso” y hasta de la idea de darle un nombre, cuando leí que Tony Hoare, uno de los pioneros de la programación, Premio Turing 1980, en su alocución para presentar “7 grandes desafíos a la industria informática”, el 8 de junio de 2004, dijo que para mejor comprender un mundo casi inmediato como el del año 2020, lleno de computadores, no deberíamos verlo como algo que contiene numerosísimos computadores discretos, sino como un Computador Ubicuo Global (G.U.C: Global Ubiquitous Computer). Asimismo, R. Wood, en su libro “Managing complexity”, The Economist, 2000, exponiendo su teoría de las olas tecnológicas, argumenta que con la convergencia de las telecomunicaciones, la informática y los medios de comunicación estamos en la sexta ola, la de la revolución de las redes, que se extenderá desde 1975 hasta 2010. Pero, yendo más allá del ámbito estrictamente tecnológico, F. Capra, en su libro “Las conexiones ocultas”, Ed. Anagrama, 2003, afirma que una de las intuiciones cruciales del planteamiento sistémico ha sido comprender que la red es un patrón común a todo lo vivo: los organismos pueden comprenderse en términos de redes de células, órganos y sistemas de órganos y las células, como redes de moléculas. Convencido por mis propias reflexiones y haciéndome eco además de observaciones como las que acabo de citar, escribí en 2004 que entendía que la noción amplia de red se está convirtiendo en un auténtico paradigma conceptual general (W5)

P.: ¿La clave pasa por una lectura abierta de “Rayuela”?

R.: No le puedo ocultar que experimenté una gran alegría cuando, al bautizar al entorno humano cambiante generado por la aplicación masiva de la infotecnología como Nuevo Entorno Tecnosocial (N.E.T.), vi que sus siglas, en inglés, significaban ´red´.

Los números entre paréntesis insertados en el texto señalan las direcciones web (Webografía aquí abajo) donde profundizar en algunos temas de la entrevista.


Webografía (W1) Notas explicativas sobre la R.U.D
http://www.gsi.dit.upm.es/ fsaez/OtrosArticulos/otro_articulo_02.html

(W2) Las tecnologías de la tercera revolución de la información 
http://www.gsi.dit.upm.es/ fsaez/OtrosArticulos/otro_articulo_01.html

(W3) Ley de Moore (3): Cambiarse el chip 
http://www.gsi.dit.upm.es/ fsaez/educacion/pcweek005.html

(W4) El lado oscuro 
http://www.gsi.dit.upm.es/ fsaez/educacion/pcweek021.html

(W5) Futuros ingenieros híbridos 
http://www.gsi.dit.upm.es/ fsaez/OtrosArticulos/futurosingenieros.html

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