La necesidad de experimentar en el arte y la cultura
Por Alex Adriaansens
En los últimos 15 años hemos asistido a un intenso desarrollo de prácticas artísticas relacionadas con cuestiones sociales, culturales, artísticas, políticas y económicas, surgidas de nuestra cultura tecnológica.
Uno de los fenómenos que observamos en ese proceso guarda relación con el auge de la interdisciplinaridad en todas las esferas del conocimiento.
Las tradicionales divisiones entre disciplinas y conocimientos en otro tiempo nítidamente definidas se han plasmado, a lo largo del tiempo, en instituciones, lenguajes y flujos económicos especializados.
Algo que tiene un claro reflejo en la estructura organizativa adoptada por las artes y en cómo cada disciplina artística condujo a instituciones de arte especializadas (las artes escénicas incluyendo la música, el teatro y la danza; las artes plásticas, la moda, el diseño y las artes de los media, y dentro de estos últimos, la fotografía, el cine, el vídeo y el arte en red).
Artes y ciencias que en el pasado presentaban un grado de unificación mayor acabaron fraccionándose en todas esas especializaciones mencionadas que, a su vez, fueron ganando en autonomía pero también, y como consecuencia de ello, adquiriendo un grado de autismo también mayor.
En la última década observamos un creciente interés, y necesidad, por asumir un enfoque interdisciplinario en todas las esferas y prácticas; también en las artes.
Concebir nuestra práctica individual como parte de un contexto más amplio de fenómenos artísticos resulta de todo punto necesario si queremos escapar de nuestro marco autorreferencial protegido y ser así capaces de innovar y de replantearnos a nosotros mismos.
En la actualidad, resulta imposible concebir la innovación social, cultural, económica y artística sin esa tendencia hacia prácticas interdisciplinarias en las que gentes de diferentes esferas y campos colaboran en investigación y desarrollo y, por tanto, definiendo nuevas formas de producción y exhibición artística en donde la investigación y la innovación son clave.
Y ello sólo puede conseguirse si nos replanteamos nuestras instituciones y espacios artísticos y su capacidad para afrontar las demandas contemporáneas derivadas de problemas como la globalización, las migraciones, los procesos de urbanización, la ecología, la durabilidad, la tecnología, etc.
La comprensión de las complejas relaciones e interdependencias a todos los niveles de nuestro mundo está relacionada con la necesidad de construir nuevos modelos que nos ayuden a entender esas conexiones y a comportarnos e interactuar en ellas y con ellas.
LABoral Centro de Arte e Industrias Creativas en Gijón es una respuesta muy clara a ese fenómeno de la sociedad en general y de las artes en particular. En ese sentido, LABoral puede asumir la función de motor de innovación para la ciudad y la región.
Su inauguración ya es una expresión viva de la dirección que el centro aspira a tomar. Una parte de la exposición inaugural se enfoca a presentar a los diez artistas seleccionados a través de una convocatoria de propuestas para la exposición LABciberespacios.
Una primera convocatoria que ha permitido a cerca de 120 artistas de diversas disciplinas artísticas presentar sus proyectos. Unos proyectos que comprendían desde juegos y animaciones por ordenador hasta propuestas de net art y de cartografiado que utilizan las últimas tecnologías y redes de la información.
El jurado de la convocatoria ha estado integrado por varios expertos internacionales encargados de seleccionar a diez artistas para su participación en la muestra.
Se espera que de esta primera convocatoria surja un interés cada vez mayor por este tipo de concursos ya que los jóvenes artistas, diseñadores y arquitectos de todo el mundo están deseosos de encontrar plataformas que, como LABoral, les permitan realizar sus investigaciones a un nivel superior, desarrollar sus proyectos y acceder a espacios de producción bien equipados y basados en un marco de mayor interdisciplinaridad, que ofrezcan a estos jóvenes la oportunidad de intercambiar conocimientos y experiencias con especialistas de diversos campos y disciplinas y de adentrarse en esferas de conocimientos normalmente poco accesibles desde las instituciones artísticas al uso.
Diseñar y reflejar críticamente la sociedad del último decenio enfrentándose a las transformaciones de índole social, cultural y económico que en ella han tenido lugar, supone todo uno reto para muchos artistas, diseñadores, escenógrafos, científicos y arquitectos.
El papel de los media dentro de este contexto no es el de representar, sino el de construir nuevas realidades sociales y culturales. Los media son máquinas de visualización y experimentación capaces de reflejar esas realidades y de situarlas dentro nuestro ángulo de visión. Éste es otro de los motivos por el que muchos jóvenes artistas sienten el desafío que esos medios plantean: la posibilidad de actuar e interactuar sin intermediarios en y con nuestra cultura tecnológica y las realidades que ésta construye.
Las obras seleccionadas por el jurado reflejan claramente esta actitud, así como la diversidad de prácticas creativas existentes en este campo.
