mol
Instalación audiovisual
El trabajo de Ryoichi Kurokawa es un flujo continuo e inseparable de imágenes y sonidos en movimiento eterno, en el cual la noción de sinestesia es central. Sus instalaciones intentan establecer correspondencias sensoriales transcribiendo los sonidos en formas y los colores en sonidos. Enfrentado a múltiples pantallas de vídeo, nuestro cuerpo experimenta los estímulos visuales y auditivos que producen sus trabajos, mientras nuestras mentes merodean por bosques de símbolos e infinitos paisajes sonoros. En las pantallas, las imágenes de la realidad desaparecen y reaparecen de forma escultórica. La realidad se convierte en abstracción, materia vegetal, estructura digital.
Artista autodidacta, Ryoichi Kurokawa, transciende las formas orgánicas y naturales y las deconstruye a través de la relación entre espacio y naturaleza, influenciado por la tradición japonesa. El trabajo fundamental sobre el sonido también toma prestado de la naturaleza: gotas de agua cayendo, el oleaje. Mezclados y recompuestos, añadidos a sonidos generados digitalmente, estos elementos crean nuevas arquitecturas sonoras.
Los títulos de origen latino y griego que da a algunas de sus obras (Rheo, Celeritas, Syn), son también códigos y símbolos para ser descifrados. Mol toma su título del símbolo químico. Espejos y proyecciones holográficas exploran aquí la cuestión de la representación y percepción. Desafiando las leyes de la física y de los fenómenos ópticos, las formas moleculares digitales se multiplican eternamente en dos pantallas, formando una disposición espacial hacia la que el cuerpo del espectador se ve atraído.
Lucie Ménard (Extracto)
Producción: Le Fresnoy y CIMATICS