Música industrial para gente industrial
Patrimonio Sonoro
Este lema de Genesis P-Orridge encierra múltiples líneas de fuerza. Hace referencia a cómo lo industrial, una actividad económica apoyada en el desarrollo tecnológico, modifica lo social a partir de la transformación continua del medio. Se trata de un movimiento ascendente que conduce a la humanidad hasta el tan ansiado progreso. Ahora bien, ¿qué sucede cuando este trayecto a la felicidad se ve truncado? ¿Qué sucede cuándo es preciso volver a negociar qué sector industrial hay que abandonar y cuál hay que emprender? Entonces, como sucedió a finales de la década de los setenta en el Reino Unido, el descontento crece, quedando la música como una suerte de catalizador de un tipo de violencia casi primitiva.
A principios de los ochenta, Mieres buscaba la manera de digerir la famosa reconversión. Mientras el paro crecía y la ciudad se empezaba a despoblar, un grupo de adolescentes forman el Equipo Estético Ética Makinal, un colectivo que experimenta con música generada con sintetizadores, al mismo tiempo que investiga en los principios visuales de las vanguardias, referenciando en su modo de hacer al futurismo o el dadaísmo. A pesar de vivir en la periferia, el colectivo pronto se engarza con la escena estatal y, también, por medio del intercambio cartas, fanzines y casetes, con grupúsculos de países como Francia, Italia o los EE.UU.
Étika Makinal / Bandcamp
https://eticamakinal.bandcamp.com/