Realidad elástica: un juego entre lo real y lo virtual

Diez miradas distintas para acercarse a la cultura digital a través de lo virtual

Published: 19/03/2013
Realidad elástica: un juego entre lo real y lo virtual

Hand-held. David Rokeby

Por Marta Lorenzo Jáudenes (@MartaLorenzoJ) My Art Diary

Este fin de semana he puesto rumbo al norte, en concreto, a la villa costera de Gijón. El motivo, visitar por primera vez el enorme centro de arte y creación industrial del que disponen los gijoneses y por ende, todos los asturianos: LABoral.

Este centro abrió sus puertas hace ahora casi seis años como espacio interdisciplinar cuyo eje pivota alrededor de la producción y difusión de la cultura tecnológica y las TICs. Con una clara vocación de mostrar una nueva óptica, con el tiempo y el esfuerzo que todo lo avalan, siguen luchando por generar público ante algo desconocido y poco explorado por la mayoría. Realidad Elástica es un esfuerzo más, dentro de su programación, de mostrar como los nuevos hábitos culturales surgidos de la revolución digital han modificado y modifican a pasos agigantados nuestra primitiva y simple versión de lo entendido como realidad.

En una época en la podemos leer en prensa, digital por supuesto, que los gijoneses podrán pagar su billete de bus a través de sus dispositivos móviles, no es de extrañar que nos planteemos cómo esta realidad antes inimaginable afecta a nuestro día a día. Como siempre en la historia, los artistas van por delante, son ellos a los que hay que agradecer toda suerte de experimentación, de ruptura de barreras y replanteamiento del “status quo”. En una sociedad donde internet se ha convertido en una gran biblioteca multimedia donde nos comunicamos y generamos un registro detallado de nuestras acciones, esta exposición nos enseña nuevos modos de interacción con lo real basándonos en la cultura tecnológica. Pero, si algo define a la mayoría de las piezas presentes aparte de su carácter de experimentación, es la necesidad del propio espectador como parte necesaria de las mismas. Nuestra participación, ya postulada como voyeurs por Duchamp, genera una experiencia auténtica en tiempo real, una especie de precursora realidad aumentada. Así, “Realidad elástica” nos habla de cómo lo virtual se hace real por unos minutos y lo real se diluye en la experimentación.

Diez artistas componen la visión seleccionada por Benjamin Weil, Director del Centro, para esta exposición. Dos de ellos destacan por ser artistas más expertos, en el sentido de que han tutelado a creadores más jóvenes, casi todos nacidos a principios de 1980, dentro del programa seguido por Le Fresnoy; institución francesa que coproduce junto a LABoral esta muestra. Estos dos artistas son:

David Rokeby

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Su instalación titulada Hand-held sorprende al espectador "a priori" por su espacio vacío. Este espacio se “activa” con nuestra presencia, en concreto, con nuestras manos. En esta obra las manos son, a la vez, el mecanismo mediante el cual descubrimos la realidad que esconde la obra, y protagonistas por la creciente importancia de esta parte de nuestro cuerpo hoy día para actuar dentro la cultura digital. Mecanismo, porque a través de ellas descubrimos imágenes de manos reales que juegan con distintos elementos presentes en la realidad (bote de pastillas, comida, baraja de cartas, monedas, etc..) Protagonista, porque son el reflejo del importante “rol” que esta anatomía de nuestro cuerpo está adquiriendo para acceder a la información y comunicarnos a través de las TICs. Así es, nuestro dedo maneja el teclado y el ratón de nuestros PCs, amplia o aleja imágenes cotidianas en nuestros smartphones; y hasta es el puntero de nuestras órdenes en videojuegos…

Ryoichi Kurokawa


Ryoichi Kurokawa - MOL from Le Fresnoy on Vimeo.

Verdaderamente impresionante la instalación creada por este artista autodidacta. Mol muestra una escultórica  instalación donde la imagen digital y  sonidos de la naturaleza, mezclados digitalmente, se unen para generar una experiencia sensorial única. A través de dos enormes pantallas de vídeo y su proyección holográfica, se recogen imágenes de cuerpos en deconstrucción, desafiando las leyes de la física y de los fenómenos ópticos. Kurokawa, en su exploración del espacio y su relación con la naturaleza, nos propone nuevas visiones de realidad y busca hacernos reflexionar sobre nuestra propia percepción y su representación.

En cuanto a la artista brasileña Maya Da-Rin, muestra el primer resultado de lo que será la obra Horizonte de sucesos #Camuflaje que desarrollará durante su residencia en LABoral. Maya trabaja con el sistema GPS o geolocalización, y el concepto contemporáneo de estar permanentemente localizables. Maya es seguida durante un paseo por el jardín botánico de Gijón por cámaras guiadas según las coordenadas que le indica la señal GPS emitida por satélite. Me parece muy interesante lo que se puede extrapolar de su pieza: la continua emisión de datos que generamos y que están en la Red de manera aleatoria. Una Red que no es inocente pero sí caprichosa y muchas veces errática.

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Maya Da-Rin y su pieza #Camuflaje.

La obra Tutti, de Zahra Poonawala reflexiona sobre las relaciones visuales y sonoras, tan poco exploradas en la sociedad contemporánea donde muchas veces no nos damos cuenta de la gran contaminación acústica en la que vivimos. El espectador se convierte de nuevo en parte intrínseca de la obra, su posición “despierta” el volumen del sonido acompañado todo ello con el movimiento de determinados altavoces instalados al efecto. Somos nosotros pues quienes marcamos la intensidad del sonido en función de nuestra intensidad y agilidad, activando determinados solos que sobresalen en una composición musical especialmente grabada por un conjunto de cámara a partir de las propuestas de la artista.

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Pieza sonora y dinámica de Zahra Poonawala.

Véronique Béland nos habla en This is Major Tom to Ground Control de la ondas, otra forma de comunicación que nos pasa desapercibida por su propia naturaleza pero que, recibida a través de internet, puede ser traducida a través de programa informáticos.  A Béland le interesa esta información en cuanto nos revela lo que ella denomina como “la voz del universo”, es decir, la realidad fuera de nuestra realidad más próxima. En este caso, la instalación muestra una pantalla donde aparecen las señales recibidas por el Observatorio de París  y que un programa informático convierte en textos aleatorios que una máquina imprime y que luego escuchamos por un altavoz con una voz que recita el resultado en tiempo real. Es una manera virtual de entender las ondas y cuyos resultados en forma de poemas quedan impresos y guardados en tomos, como documento para generaciones futuras.

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V. Béland: This is Mayor Tom to Ground Control.

Sin duda, Realidad elástica ayuda a comprender la cantidad de conexiones posibles que se pueden hilvanar a través de lo virtual. Un mundo nuevo por conocer: ¡Exploremos!