¿Qué es un Drone? Tecnología al servicio del arte contemporáneo

Algunas reflexiones en torno al uso que de la tecnología "drone" se hace en la actualidad en el sector artístico

Published: 30/06/2014
¿Qué es un Drone? Tecnología al servicio del arte contemporáneo

Recreación "The Drone Aviary". Museo Victoria & Albert, Londres.

Por Marta Lorenzo Jáudenes (@MartaLorenzoJ) My Art Diary

Esa misma cuestión y, sobre todo, su implicación y usos reales en el ámbito del arte, me he preguntado a la hora de escribir este post. Pues bien, en una definición rápida, un drone es todo aquel vehículo aéreo no tripulado o en sus siglas inglesas UAVs (Unmanned Aerial Vehicle).

Realmente, su uso más prolongado se ha desarrollado en el ámbito militar, comenzando en la primera y segunda guerra mundial, en su versión más simplificada, con aviones a control remoto diseñados para entrenar a los artilleros o pensados para misiones de ataque. Con la llegada de los grandes avances tecnológicos en los 80 y, especialmente, en los 90, su uso en cuestiones de “guerra” siguió en crecimiento, donde en la actualidad es triste saber que son usados por los ejércitos de más de 50 países. Pero, si obviamos la imagen deshumanizada que ofrecen los drones como máquinas malditas creadas para el ataque: ¿Cuál es su uso aplicado al arte? ¿Y si hablamos en el ámbito de la protección del patrimonio? En los últimos años gracias al avance de la tecnología y su abaratamiento, así como la capacidad de libre comunicación alcanzada con la llegada de Internet, han hecho posible repensar su utilidad. Así, en el siguiente vídeo puede verse el CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) de Sevilla a vista de drone. Estas grabaciones realizadas en el marco del IV congreso Protecturi "Retos y horizontes de la protección del patrimonio histórico”, celebrado a finales de marzo de este año, mostraron las posibilidades de alcance, calidad y prestaciones que pueden aportan los drones en los ámbitos de la protección, el patrimonio y la cultura. Básicamente, permiten acceder, examinar y posteriormente visualizar zonas de difícil acceso para los restauradores.

 

El CAAC de Sevilla a vista de drone - Protecturi - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo from Joan Lesan on Vimeo.

Sin duda, un uso potente en la salvaguardia de nuestro patrimonio artístico. Pero el alcance de la tecnología drone también se han aplicado al arte contemporáneo. Así, el artista hacker KATSU, considerado uno de los graffiteros más prolíficos de la escena neoyorkina en los años 90, ha desarrollado un sistema para fijar una lata de aerosol a un cuadricóptero, creando así el que se ha calificado como el "primer drone graffitero del mundo". Las funciones de este pequeño avión no tripulado le hacen capaz de rociar lienzos o paredes de cientos de metros de altura, dándole así acceso al artista a espacios que antes resultaban inaccesibles. En abril de este año en la feria de arte contemporáneo de Silicon Valley, KATSU mostró el resultado obtenido con los lienzos que se crearon con su "drone graffitero". En el siguiente link podéis ver el vídeo del proceso. En una entrevista que concedió él mismo explica cómo entiende el uso de la tecnología aplicado al arte: "Es necesario hacerse preguntas sobre qué efecto tendrá la máquina en las creaciones. ¿Qué implica ser capaz de tirar unas pinceladas sobre un lienzo que tiene 10 metros de ancho y está colgado a 25 metros de altura? Pintar de esta forma antes era simplemente imposible”. Y es que, así como hoy día nuestro smartphone es una extensión virtual de nuestro yo que nos acompaña a todas horas, Katsu reflexiona si los drones podrán algún día cumplir la misma función pero en el plano físico, con nuestros cuerpos. Es decir, con ello las dudas sobre las cuestiones de autoría no se hacen esperar. ¿Quién es ahora el artista? Me vienen a la mente algunos nombres de conocidos y controvertidos artistas contemporáneos como Damien Hirst o Ai Weiwei donde esta noción se pierde completamente y, aunque controlan el proceso artístico, "sus" obras son realizadas en su totalidad por su taller.

Imagen del stand donde se mostraron los lienzos de KATSU. Feria de Silicon Valley. Fuente: www.goodfellasmagazine.com

 

Otro ejemplo del uso de los drones y esta vez dentro de un museo, podrá verse en septiembre en el Victoria & Albert Museum de Londres con motivo del Festival de Diseño de la capital británica. Consistirá en una instalación desarrollada por el prestigioso estudio Superflux (han expuesto en el Moma de Nueva York y en Ars Electrónica, entre otros) llamada "The Drone Aviary". En concreto, 15 drones sobrevolarán el jardín John Madejski del Museo para interactuar de forma lúdica con la gente, alejando así el lado oscuro asociado a la milicia de estos pequeños objetos voladores. ¿Cómo podría ser la vida cotidiana en una ciudad futura donde los seres humanos interactuasen con este tipo de tecnología? Como si de una película de ciencia ficción se tratase. ¡Da miedo sólo el pensarlo!

Los sistemas de hardware libre como Arduino y de métodos asequibles de fabricación digital como impresoras 3D personales y cortadoras láser, ha dado lugar a multitud de proyectos con diseños cada vez más complejos y viables. El caso de LABoral y su FabLAB es un gran hervidero de ideas y consecución de proyectos. Pero, ¿qué es un fab Lab? Se trata de las siglas en inglés de Fabrication Laboratory , y una iniciativa comenzada por el famoso MIT-Massachussets Institute of Technology. Los FabLab son espacios fundamentales para los artistas que trabajan con las nuevas tecnologías, permitiéndoles el acceso a maquinaria normalmente fuera del alcance económico particular y facilitándoles, además, el encuentro con otros profesionales, algo que no sólo redunda en la creatividad individual sino colectiva. Un FabLab es de verdad comprender cómo la fabricación digital está desafiando los procesos de diseño tradicionales.

En el caso concreto de los drones, LABoral lleva investigando esta tecnología desde hace dos años. Así lo demuestra, por ejemplo, la propuesta ganadora de la Beca Next Things en el año 2013, Flone, The flying phone”, donde el colectivo ganador convirtió un smartphone en un aparato volador autónomo, como si fuese un "drone multimedia", y que podía programarse para realizar alguna tarea como tomar fotografías o grabar un vídeo. Su objetivo era hacer accesible el espacio aéreo a cualquier ciudadano como plataforma de investigación, proporcionando un abanico de aplicaciones por las que transitar, a partir únicamente de un móvil.


Imagen del proceso de "lanzamiento" de Flone, The flying phone en LABoral el pasado año.

 

Este año la Beca Next Things, convocatoria conjunta de LABoral y Telefónica I+D, ha premiado al artista Sam Kronick y en la actualidad está desarrollando su residencia en el centro gijonés con su proyecto “Slow Internet Café”. El pasado 1 de junio Sam desarrolló en el parque de La Providencia de Gijón su acción “Los ojos en la nube”. Dicha acción buscaba hacernos reflexionar, a través de los drones,  sobre la relación que mantenemos a diario con internet y lo que ello implica.

Sam se sirvió pues de un drone que era en realidad un router con alas que ofrecía una conexión wifi gratuita en un espacio limitado y que portaba una cámara de fotos que capturaba, no imágenes a vista de pájaro de territorios humanizados, sino mirando al cielo, las imágenes de las nubes. Como en su post en este mismo blog y dedicado a esta acción nos explicaba Montaña Hurtado: “Los asistentes a la acción que se conectaron a la red wifi recibían en sus smartphones las imágenes de nubes que capturaba el drone, pero no podían hacer nada más. No podían utilizar libremente internet. Sólo mirar a las nubes para pararse a pensar en los planes de los gigantes de internet para "colonizar" los países del tercer mundo con drones, en los drones por los que cada año mueren indiscriminadamente miles de civiles y con los que los gobiernos desarrollan sus planes de espionaje”. ¿Qué hemos perdido cuando asumimos que todos nos comunicamos conforme a las mismas normas que nos dicta la Red? ¿Privacidad, diversidad, realidad cotidiana?

Para todos aquellos que deseen aprender sobre electrónica, aerodinámica y fabricación digital, os recuerdo que LABoral ofrece este verano diversos cursos cuyo objetivo es acercar a los participantes a un modelo de consumo "fabricar/usar/reparar/usar" frente al capitalista "comprar/usar/tirar".

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