Flone o cómo "ocupar" el espacio aéreo

Algunas cuestiones sobre qué supone el proyecto de Flone y qué implica la idea de "ocupar" el espacio aéreo

Published: 27/11/2013
Flone o cómo "ocupar" el espacio aéreo

Imagen de Flone, el proyecto de teléfono móvil volador, según la propuesta presentada por los autores

Por Semíramis González (@semiramis_glez),
Semíramis en Babilonia

Flone, The flying phone, es la propuesta ganadora de la residencia artística Next Things 2013 – Next Space, el Segundo Desafío Global de Arte & Tecnología, convocatoria conjunta entre LABoral Centro de Arte y Telefónica I+D, empresa de investigación, desarrollo e innovación del Grupo Telefónica.

Pero, ¿qué es Flone?
Flone es un proyecto creado por el artista e ingeniero informático Lot Amorós, la ingeniera técnica Cristina Navarro, y el ingeniero industrial Alexandre Oliver. Se trata de un drone (un vehículo aéreo no tripulado), que busca además ser del menor tamaño posible y que utiliza un smartphone como controlador de vuelo. Quizá sea más difícil la definición que la imagen, donde nos hacemos una idea mayor de lo que es la pieza.

Gracias al desarrollo de la idea, el teléfono móvil puede volar unos 20 metros e incluso girar y moverse sobre sí mismo, tomando fotografías o grabando vídeo.

Las cuestiones que esto implica no dejan de sorprendernos e incluso los propios creadores las ponen sobre la mesa y quieren debatir sobre ellas para mejorar el funcionamiento de Flone: el hecho de poder utilizar el espacio aéreo genera controversias, especialmente por cuestiones de privacidad, ya que muchas veces se han utilizado estas tecnologías para un uso militar o con intereses claros desde los gobiernos. Sin embargo, desde aquí se plantea la posibilidad de explorar un nuevo espacio común, el espacio aéreo.

La pieza, autoproducida por estos tres creadores, con el apoyo de Next Things, busca ahondar en nuevas opciones de “ocupar” el espacio público. Más allá de las sentadas, ¿por qué no ocupar también el aire?

Una de las cuestiones que más interesante me ha parecido a la hora de analizar cómo se desarrolla esta pieza es la constante implicación de los artistas, que buscan reflejar constantemente su deseo por generar alternativas en el desarrollo tecnológico de los espacios públicos: esto explica que estén difundiendo toda la documentación necesaria para compartir su conocimiento y experiencia en torno al desarrollo y evolución de Flone, con la idea de crear una plataforma que construya una comunidad en torno a esto.

Hay una clara declaración de intenciones en las palabras de los tres: queremos rechazar el uso de los drones como arma de guerra y herramienta para el control social y proponemos formarnos colectivamente para su desactivación y la transformación en objeto útil en términos de humanidad.

Incluso la licencia del proyecto, bajo Creative Commons, fomenta la idea de expansión y comunidad: compartir y ampliar la idea de Flone y sus funciones a la hora de utilizarse.

Los creadores han ido desarrollando y comunicando todo el proceso a través de un blog donde cuentan sus experiencias con Flone a partir de pequeñas entradas con imágenes, habilitando así también un espacio para el seguimiento del mismo. Es aquí donde leí una de las frases que más me impactaron en relación al proyecto: Flone está concebido como un hack que transforma el espacio aéreo en aire público. Toda una declaración de principios: de espacio a aire, lo aéreo como público.

Para entender mejor cómo funciona Flone, que será próximamente presentado, podemos ver este pequeño vídeo donde observamos qué podemos hacer con esta tecnología y un Smartphone:

Y tú, ¿qué opinas de Flone?
¿Crees en la capacidad de este dispositivo para facilitar que nos apropiemos de un espacio como el aéreo?
¿Puede la tecnología de grabación y de fotografía utilizarse más allá de los intereses políticos o militares?
¿Qué cuestiones éticas están presentes (o ausentes) en el desarrollo de una pieza así?
Y sobre todo, ¿somos dueños del espacio que habitamos, terrestre o aéreo?

En mi opinión Flone es una pieza que se desarrolla desde una perspectiva tecnológica pero que además en su parte más artística plantea muchas cuestiones en torno a la ética de los lugares y el control de los estados sobre los individuos.

Sabemos que un smartphone que vuela y graba o hace fotografías no es malo en sí mismo, pero, ¿realmente podemos utilizarlo en nuestro desarrollo y beneficio?

Muchas preguntas que nos surgen desde un aparato tan pequeño…