Conciertos entre la música y los centros de arte (LABconciertos II)

Con motivo de la inminente inauguración de la segunda edición del festival de música Black Mirror en LABoral Centro de Arte, aprovechamos para indagar sobre la relación entre los centros expositivos y su programación musical

Published: 16/02/2015
Conciertos entre la música y los centros de arte (LABconciertos II)

Black Mirror Festival en la edición de 2013 celebrada en la Iglesia de la Universidad Laboral de Gijón. Cortesía de Javier Bejarano)

Por José Luis Calderón, Nicola Mariani Arte y Sociedad

Que el arte no se ciñe a las artes plásticas es cosa bien sabida desde hace ya tiempos remotos. De eso se ha preocupado el propio arte gracias a la diversificación y mezcla de géneros desde los años 60, para expandir sus límites más allá de lo convencional. Entre todas las artes, la música comparte con el cine su estatus de mayor popularidad, pero destaca entre todas sin duda por ser la que más directamente llega a nuestras emociones; ese papel no vamos a negárselo. Cuántos habremos pensado -e incluso verbalizado- que no podemos pasar un día sin música. La música está y la sentimos por todas partes. Hecho subjetivo: me confieso un absoluto melómano. Lo reconozco sin tapujos, y de ello se encargaron muy bien mis padres a través de la educación musical que me brindaron. Hechos objetivos tras indagar un poco más sobre la presencia de la música en los centros expositivos: a) Hay más conciertos que desconciertos entre los museos y la música. b) El ciudadano de a pie -o incluso el público especializado- suele conocer más bien poco sobre las programaciones musicales en estos centros de arte.

Con este post doy por ello continuación al que hace dos semanas escribió mi compañera en LABlog Laura Cano, si bien en este caso, además de recordar las actividades en torno a lo musical en LABoral Centro de Arte -y en particular de su festival de música Black Mirror-, realizo una puesta al día algo más detallada sobre cuál es el panorama actual en España, en la relación entre los museos o centros de arte y la música.

A modo de recordatorio, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial ha desarrollado desde 2011 un especial vínculo o compromiso con todo lo sonoro -bien sea música o arte sonoro, que no son la misma cosa-, en varias líneas de trabajo: mapaSonoru (desde 2011), el arte y su sonido (desde 2012) y recientemente residencias artísticas en torno a la música. El último de los grandes eventos musicales en LABoral es el Black Mirror Festival, un festival que  tal y como nos informó Laura Cano hace unos días, nació hace un año con la intención de dar a conocer nuevas corrientes musicales y audiovisuales (experimentales y/o a través de software), con especial atención a determinados creadores asturianos. Si bien su primera edición tuvo lugar en la iglesia de Laboral Ciudad de la Cultura, esta segunda edición, que se inaugura este sábado 21 de febrero, tiene lugar en el propio Centro de Arte de LABoral y es absolutamente gratuito. Ha sido organizado por Javier Bejarano y el cartel de este año cuenta con la presencia de los músicos Sara Galán, Alfe (A letter for Elisa) y el dúo Elle Belga formado por el ex guitarrista y voz de Manta Ray José Luís García, y Fany Álvarez. Tan sólo tenéis que ir al post de Laura para saber un poco más sobre ellos o para escuchar algunos de sus temas o pistas musicales. Además, en paralelo a este festival, se desarrollará un ciclo denominado Trashumancias que pretende exportar el modelo del festival a otros centros de creación fuera de la geografía asturiana para establecer vínculos o redes en torno a esta cuestión.

Mastretta en un concierto en el Museo Thyssen-Bornemisza en la exposición “Heroínas” (Foto: El País)

Pero, para aquellos a los que nos interesa un poco más este tema sobre la relación entre centros de arte y actividad musical, ¿qué se hace actualmente en España en esta materia? Abarcar esta cuestión de manera detallada sería un tanto exhaustivo, por lo que aportaré una visión panorámica, con mayor énfasis en el contexto de la capital. De entrada, mis dos primeras conclusiones generales son: a) Por una parte haybastante más actividad de lo que muchos podrían pensar; b) por otra parte cada espacio adapta su programación al carácter de dicho espacio de arte. Muchos centros o museos, entre ellos los más tradicionales, se mueven dentro de los conciertos de música clásica. Otros apuestan por estilos más contemporáneos (desde el rock, el pop, la música electrónica o lo experimental) y los hay también que experimentan con corrientes diversas. Vamos por partes. Aprovecho también para animar a los lectores que quieran, a que comenten o aporten información sobre otros centros o actividades que echen en falta en este artículo.

Aunque “suene” algo convencional o manido, cuando hablamos de difusión musical no podemos olvidar la música clásica. No por amarla se es menos moderno. Dentro del panorama museístico, de esto se encargan bastante bien los museos más tradicionales, en consonancia con su propio estilo.  Así, dentro Triángulo del Arte, el Museo del Prado sigue esta línea de conciertos de música clásica, si bien el año pasado publicó junto a Universal Music una selección de jazz clásico para amenizar la exposición temporal “El Greco y la Pintura Moderna” (adjunto enlaces en cada caso). En una línea muy parecida funciona el Museo Thyssen-Bornemisza a través de sus conciertos de música clásica para amigos del museo, pero además crearon hace poco unas playlist en Spotify para acercar al visitante a las exposiciones temporales desde otras perspectivas. La idea de EducaThyssen es ofrecer al visitante otros recursos -en este caso musicales- para que sienta otras experiencias en la visita al museo, más vivenciales y desde otras perspectivas. También desde el propio departamento de este museo se está trabajando en recursos educativos que permiten realizar visitas relacionando las obras de un determinado periodo con la música de dicha época. El Museo Reina Sofía ha combinado líneas más clásicas con otras más contemporáneas. Tras cinco ediciones del Espacio Acústico para conciertos de música contemporánea pop-electrónica en colaboración con Mahou, actualmente su actividad musical se reduce a la línea de investigación de arte sonoro, con un taller que tendrá lugar el próximo mes de abril.

 

Conciertos didácticos en Fundación Juan March (Foto: Fundación Juan March)

Esta línea clásica ha seguido también el emblemático Museo Lázaro Galdiano, a través de su programa musical AIEenRuta, formado por un grupo de jóvenes artistas que interpretan música clásica en el museo. La institución cultural y museística líder en la difusión de la música clásica en Madrid es sin embargo a mi juicio la Fundación Juan March, que como muchos sabréis, no se limita a incorporar conciertos a su programación, sino que la propia música es uno de los brazos vertebrales y fundamentales de su programación, de manera que adquiere la misma función e importancia que las exposiciones de artes plásticas.

Concierto de  Ivan Ženatý para piano y violín en el Museo del Romanticismo (Madrid. Foto: Centro Checo en Madrid)

El Museo del Romanticismo es uno de los museos con más encanto de Madrid que mejor han contribuido a esta labor. Además de la oferta de conciertos de música del siglo XIX tan ad hoc, llevan varios años con el ciclo “a las veinte cero cero”, que comparten con el Museo Cerralbo, y que consiste en conciertos de músicos del pop independiente más actual en salas de ambos museos. El Círculo de Bellas Artes de Madrid mantiene asimismo una intensa actividad musical paralela a la de sus exposiciones, dentro de la música clásica y del jazz. Centros Culturales como el de Alcobendas, La Casa Encendida, Matadero o el Centro Cultural Conde Duque siguen también programaciones más en la línea de lo contemporáneo que de lo clásico, aunque también aquí hay que recordar en algunos casos ciertos recortes en este tipo de actividades.

A pesar de mi mayor conocimiento de estas actividades en la capital, no quiero dejar de citar algunos importantes ejemplos en otras ciudades y provincias. En Barcelona La Pedrera sigue siendo un centro de referencia, al menos bajo la información que sigue llegándome hasta hoy. El Museo Guggenheim Bilbao lleva desde hace siete años celebrando sus sesiones Art After Dark, una perfecta manera de amenizar la visita a las exposiciones del museo a puerta cerrada, un viernes al mes por la noche, a ritmo de dj-s. Centros Culturales como el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo o el Centro Las Cigarreras de Alicante mezclan lo pop con el jazz o con el flamenco, al igual que otros centros de arte españoles no citados aquí, mientras que el Museo Picasso Málaga sigue la línea clásica citada más arriba, con programaciones y bandas de excelente calidad.

 

Museo Guggenheim Art After Dark (sesión de julio de 2013)

Siguiendo aquí también la idea de Laura Cano de dar alguna referencia extranjera, aprovecho para compartir una anécdota que viví la última vez que visité la National Gallery de Londres, hace unos pocos años: en mitad del recorrido por la colección permanente, me encontré por sorpresa en una de las salas con un concierto para piano y violín. No se trataba de una actividad aparte y la música llegaba a las salas contiguas de esa planta, de manera que hacía mucho más vivencial la propia visita a la colección permanente. Siempre hay por ello ideas que tomar más allá de lo más “ibérico”. Y entre lo nacional y lo foráneo, así podríamos seguir de tertulia, hablando de otros tantos centros de arte, como mínimo hasta el post de la próxima semana.

Concierto de música en las salas de la colección permanente de la National Gallery de Londres

A modo de conclusiones finales, creo que en nuestro país se ha hecho bastante en los últimos años en este camino de integrar la música en las artes plásticas y visuales -y viceversa-, pero siempre queda bastante por hacer y nuevas partituras que componer dentro de los programas culturales de los espacios de arte. Por otro lado, cada centro expositivo elabora su programación musical en función de su carácter, de su filosofía o en función de aquellos estilos con los que se ve más identificado. En el caso de LABoral Centro de Arte, su programación musical es muy coherente y “acorde” -nunca mejor dicho- con sus proyectos y con sus señas de identidad. Por su relación con la tecnología, estos conciertos están más vinculados a la música que utiliza software o tecnología electrónica, a la música de carácter minimalista y/o experimental.

Imagen del Black Mirror Festival (LABoral), cortesía de Javier Bejarano

Llegados a este punto, algunos-as os preguntaréis qué es lo que podréis escuchar en los conciertos deBlack Mirror Festival en LABoral Centro de Arte. Como las palabras sobran ya y poco sirven para hacerse una idea, lo mejor es que todos-as aquellos-as que podáis, os acerquéis y lo viváis, ya que la música hay que vivirla, sentirla y difundirla. De eso se trata también en este caso.