Artistas en el laboratorio

¿Qué avances se están produciendo en el campo artístico haciendo uso de la ciencia? "Materia prima", una exposición a modo de experimento donde reflexionar sobre la confluencia entre arte, ciencia y tecnología.

Published: 07/12/2015
Artistas en el laboratorio

Vista de sala de la exposición "Materia prima".

Por Marta Lorenzo Jáudenes (@MartaLorenzoJ) My Art Diary

Allí donde el arte y la ciencia y, evidentemente la tecnología confluyen, se ha escrito y hecho mucho más de lo que a priori un espectador, que se enfrenta por primera vez a una exposición que aúna estas disciplinas, le pueda parecer. Y es que, en palabras de crítico de arte y comisario de arte contemporáneo y digital Paul Waelder, "una de las características de la esta relación es su creciente capacidad para influenciarse mutuamente. Si, hace un siglo, el interés de pintores y escultores por los desarrollos científicos se manifestaba de una manera eminentemente intelectual, en los últimos cincuenta años se ha producido una implicación mucho más directa en el uso creativo de innovaciones tecnológicas y la colaboración entre ingenieros y artistas".

Pues bien, por qué no decirlo aquí, ésta ha sido una colaboración que desde sus inicios no ha sido fácil, por aquello de que quizás los propios científicos han tendido a entender aquello del arte como un añadido de ocio a la vida, en vez de comprender su gran capacidad creativa y de trascender los límites de la realidad. Me viene a la mente, claro, el papel pionero desempeñado por Leonardo da Vinci con sus estudios anatómicos, descubrimientos e inventos, y ya no me deja de sorprender en absoluto que en los años 80 la NASA contase con artistas en sus filas para perseguir y conseguir el sueño de la carrera espacial.

Pero, hablemos de programas y centros que han sido pioneros en apoyar a los creadores por las sendas de la ciencia. Sin duda, destacan programas de residencias de investigación, como el suizo Artist in the lab, e instituciones, como el CERN o la veterana Ars Electronica (y su premio PRIX). Precisamente, comisariada por el director de este centro, Gerfried Stocker, y con obras relacionadas procedentes de este prestigioso premio, surge la exposición Materia prima. Experimentos en arte digital y ciencia que puede verse estos días en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial. No nos dejemos engañar por la denominación de la misma como exposición, ya que su propuesta es ir mucho más allá, una suerte de experimento donde la participación, más en teoría que en la práctica me temo, es la clave. Para ello, la sala se ha concebido en torno a seis laboratorios abiertos a la curiosidad y participación de los visitantes, o un término que me gusta más, ciudadanos. La idea es abandonar el concepto tradicional de las exposiciones de arte contemporáneo por un pseudo-laboratorio a la manera en que, desde enero de 2009, viene haciendo el propio Ars Electronica.

Si nos detenemos en cada uno de los lab, la verdad, conceptualmente están muy bien estructurados, son: bioLAB, centrado en las biotecnologías, con especial atención a la genética, y donde el componente ético va implícito; fabLAB, allí donde la téchne se convierte en el epicentro y que cuenta con máquinas de última generación como impresoras 3D o cortadoras láser; dataLAB, del espacio virtual al espacio físico de los datos (¡ay, estos sí que son la materia prima en nuestro modelo económico contemporáneo!); visuaLAB, reinterpretando la realidad visualmente de la mano de la subjetividad de los artistas; geoLAB, a veces el eterno olvidado en los procesos, comprende todo lo relacionado con la tierra y las leyes que la rigen; y, por último, lo que da sentido a todo, un LAB de filosofía, para reflexionar sobre todas estas las cuestiones, entre las que destacaría, la necesidad de generar procesos colaborativos de transferencia de conocimientos para el bien común. Aquí podéis consultar el programa de las actividades organizadas.

Llegados a este punto, y como resultaría demasiado extenso hablaros de todas y cada una de las obras presentes en la muestra, éste es el recorrido virtual que os propongo:

María Castellanos y Alberto Valverde,

María Castellanos y Alberto Valverde, "Environment Dress".

En su Environment Dress, tal y como indica el propio título, la asturiana María Castellanos y el madrileño Alberto Valverde trabajan con la tecnología de lo wearable, que está muy de moda ahora mismo en el campo de los nuevos medios (véase, por ejemplo, x.pose de la japonesa Xuedi Chen que, cuando más utiliza sus perfiles sociales, su corsé inteligente se hace más visible). En el caso de la pieza que nos ocupa, los artistas han ideado una especie de coraza inteligente que avisa a su huésped humano de las alteraciones del entorno, como radiaciones ultravioletas, cambios de temperatura, para protegerle. Es ese medio camino entre el hombre y la máquina, desde el que muchos artistas han trabajado y trabajan. De hecho, ahora en la actualidad 10 reconocidos artistas internacionales se encuentran en pleno proceso creativo gracias a las tecnologías, lo wearable incluido, que aporta uno de los centros tecnológicos más punteros en Barcelona, Eurecat. Para aquellos que quieran saber más, se trata de la primera convocatoria de la beca ATA, creada por la New Art Foundation, para la creación y formación artística con tecnologías avanzadas.

Ya desde otro punto de vista, digamos conceptual, físico y matemático, surge la obra de María Edwards, a quien tuve la oportunidad de entrevistar en este blog tras obtener la primera convocatoria de la Red Europea de Arte Digital y Ciencia, mediante la cual ha desarrollado la pieza Instrumento móvil de Aire & cuerda, que puede verse en Materia prima.

Nelo Akamatsu, “Chijikinkutsu”.

Nelo Akamatsu, “Chijikinkutsu”.

Si hablamos de la producción del japonés Nelo Akamatsu, resulta casi mística. En su Chijikinkutsu, una palabra generada a partir de “chijiki”, que significa geomagnetismo, más “suikinkutsu”, un tipo de instalación sonora para los jardines tradicionales japoneses, crea una singular instalación que reta a la atención, mejor dicho la sensibilidad auditiva, del espectador. Una serie de vasos de cristal con agua donde se suspenden en su interior una aguja y alambres de cobre, crea un campo magnético temporal y hace que se genere un sonido apagado. Porque, que casi no lo escuchemos, no significa que no exista. Una nueva mención de los artistas a nuestra percepción habitual de la cotidianidad.

Patricia Piccinini, “The Listener”.

Patricia Piccinini, “The Listener”.

Cerramos esta particular visita, deteniéndonos en la escultura contemporánea, The Listener, de la artista Patricia Piccinini. En un principio, no le vi mucho sentido a la inclusión de esta pieza en la muestra. Quizás mi ojo buscaba rupturas, nuevos enfoques, formas naturalmente tecnológicas. Y claro, yo misma estaba cayendo en mi parte casi cyborg, perdiendo algo que es lo que nos hace humanos, la empatía. De esto nos habla esta figura humanoide que nos mira con ojos tiernos, de la ética o posible ausencia de ésta que puede haber detrás de la experimentación biológica, y es que, ya sabemos incluso que se está trabajando con la bioimpresión. ¿Debemos crear un código para comprender de verdad a lo que nos estamos enfrentando y exponiendo? Y es que, cada día vuelvo a este pensamiento, cuanto más usamos la tecnología más vulnerable parece que se hace el ser humano.

Algunas lecturas recomendadas:

-Alsina, Paul: Arte, ciencia y tecnología. Universitat Oberta de Catalunya, 2007.

-Ars Electronica 2015: Post City. Habitats for the 21 st Century.

-Artnodes, Revista de Arte, Ciencia y Tecnología: Nuevos medios, arte-ciencia y arte contemporáneo: ¿hacia un discurso híbrido?, nº 11, 2011.

-Reid R. y Traweek S.: Doing Science + Culture. Routledge, 2000.

-VV. AA.: Máquinas & Almas. Arte digital y nuevos medios. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2008.

-Wilson,Stephen: Information Arts. Intersections of art, science and technology. The MIT Press, 2003.

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