¡A volar en fabLAB!

Entrevista a Luis Díaz sobre los talleres de aeromodelismo en fabLAB Asturias

Published: 20/10/2014
¡A volar en fabLAB!

Luis Díaz con chicos y chicas en los talleres de aeromodelismo de fabLAB

Por José Luis Calderón, Nicola Mariani Arte y Sociedad

Con motivo de la exposición Llega un grito a través del cielo, que se inauguró el pasado 10 de octubre en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, en la que los drones tiene un papel protagonista, este otoño su fabLAB (Laboratorio de Fabricación Digital) abre su segundo ciclo de talleres del año, dedicado a la fabricación real de aeromodelos. Desde participantes de educación infantil hasta adultos de la edad más variada, se puede aprender a construir diferentes tipos de aviones o multicópteros, de manera práctica y divertida a través de cuatro talleres diferentes. Con el objetivo de conocer mejor este ciclo de actividades, entrevistamos a Luis Díaz, responsable junto a David Pello, de su organización y desarrollo.

JLC: ¿Cómo surgió la idea de crear estos talleres de aeromodelismo? ¿A quién se le ocurrió?

Luis Díaz: Todo viene del proyecto de The Drone en FabLAB Asturias que inició David Pello. Como tal vez sabes, FabLAB Asturias es uno de los más de cien laboratorios de la red mundial, diseminada por unos treinta países, cuyo objetivo principal es la investigación sobre la fabricación digital. Los fab labs nacen como una iniciativa del Center for Bits and Atoms del MIT (Massachusetts Institute of Technology), donde David Pello ha realizado un Máster. Al finalizar ese Máster, tenía que realizar un proyecto libre y eligió el tema de la fabricación de aeromodelos con técnicas digitales. Ahí empieza todo lo que hay  alrededor de la investigación sobre drones que culmina ahora con la exposición Llega un grito a través del cielo que acabamos de inaugurar. Crear un taller sobre aeromodelismo era la tercera pata de este tema que nos faltaba, ya que las otras dos “patas” o piezas de la investigación y la exposición ya estaban armadas y faltaba el tercer elemento: la educación.

JLC: Cómo ha sido la experiencia que ha habido hasta ahora en la primera edición de este ciclo de talleres?

Luis Díaz: Han tenido mucho éxito porque en estos talleres introducimos a los participantes en estas técnicas del fabLAB (baratas, al fin y al cabo) para que se acerquen, en este caso, al aeromodelismo con técnicas de fabricación digital. Hemos tenido ya una primera edición, con un ciclo de cuatro talleres: dos para público infantil y adolescente y dos para adultos. De cada uno de estos ciclos de cuatro talleres hay tres ediciones: hicimos un primer ciclo de febrero a julio, ahora acabamos de inaugurar otro con motivo de la exposición y habrá otra edición en noviembre- diciembre. El primer taller para niños, Maden make y tu primer vuelo, es el primer contacto con aeromodelos, dirigido a chicos y chicas que realizan aeromodelos que funcionan manualmente, sin motor. El segundo taller es para chavales más mayores, y en él los aeromodelos ya tienen motor eléctrico, con radio, etc. En los de adultos, uno de los talleres es de aeromodelismo propiamente, para crear un modelo de avioneta sencillo, y el segundo para crear multicópteros, que es lo que se conoce como drones.

 

La experiencia en general es muy positiva. En cuanto a asistencia, prácticamente todos han estado llenos. Los de los chavales funcionan de manera diferente que los de adultos. Con los de chicos y chicas cumplimos con los objetivos que perseguíamos. Unos de ellos es que aprendan el concepto de poder fabricar frente a comprar y el de poder arreglar algo frente a tirarlo directamente. Para los más pequeños, lo de crear un aeromodelo puede llegar incluso a ser una excusa, porque importa más que se diviertan y que aprendan conceptos tal vez tan básicos como por qué vuela una avión y cuál es el mecanismo y que provoca el vuelo.

JLC: ¿Cómo viven precisamente los niños y adolescentes la experiencia y este objetivo de fabricar frente a comprar, y reparar frente a tirar?

Luis Díaz: Lo perciben bien. Al principio en algunos talleres algunos pensaban que algo que se había roto o que estaba estropeado ya no iba a servir para nada, pero luego asumieron que podía arreglarse. También vieron claro que en el fabLAB ellos podían construir sus cosas. Les explicamos cómo funcionaba el fabLAB, el proceso de crear el juguete… Después de estar montándolos y decorándolos, fuimos a una sala de proyectos, lanzamos los aviones y algunos se rompían, pero volvíamos al fabLAB para arreglarlos. Estos conceptos los percibían bien, porque además estos talleres resultan muy divertidos. Se divierten mientras aprenden. Lo que creo que cuesta más es que luego mantengan esos conceptos en su vida diaria. Pero durante los talleres aprendieron muy bien, cogieron confianza con el laboratorio y fuimos muy bien con los tiempos necesarios. Después se llevaron unos kits para montar sus aviones en casa y muchos de los chavales que vinieron al primer taller repitieron con el segundo taller, que implicaba ya los aeromodelos con motor.

JLC: ¿Qué tipo de público se ha inscrito hasta ahora? ¿Se animan las familias con niños?

Luis Díaz: Los chicos que se han apuntado han sido más por intereses personales que por imposición de los padres. Algunos, por ejemplo, venían ya de otros talleres anteriores, como Robotix. También otros venían por el interés de sus padres por las nuevas tecnologías, la robótica, la programación, la fabricación digital… Pero te aseguro que ninguno de ellos venía obligado. En general ha habido hasta ahora bastantes apuntados de entre el público que viene habitualmente a LABoral.

JLC: ¿A quién interesa más, a los jóvenes o a los adultos?

Luis Díaz: No sabría decirte. A los padres, sí que les interesa… pero también a los pequeños. Como te digo, ninguno venía obligado. Los dos talleres de adultos también tuvieron muy buena acogida.

 

JLC: ¿Cuáles son los aspectos que veis que pueden costar más a los chavales cuando realizan estos talleres?

Luis Díaz: De primera mano, aunque lo pensara más detenidamente, creo que podría decirte que no les costó casi nada. Tal vez lo que más costaría es lo que decíamos antes, una  vez terminado el taller: al salir, darle continuidad a esta actividad, porque nosotros hicimos volar los aeromodelos, pero luego perdimos un poco de tracking de cómo evolucionó. Y dentro del taller, tal vez te diría que pudo costar un poco más aprender a utilizar la pistola de pegamiento caliente, que es una pistola que suelta pegamento, pero en general todo fue muy bien y a nadie le pareció algo difícil.

JLC: ¿Creéis que después de estos talleres y actividades los chicos y chicas se animarán más a crear algo con sus propias manos frente a ir directamente a comprarlo?

Luis Díaz: Creo que si reciben apoyo externo sí es posible, y cambia la mentalidad de los chavales; ya no solo es el concepto de que hacen avioncitos de papel… sino que con un poco de trabajo  y unas técnicas que no resultan tan extrañas pueden hacer algo más “impresionante”, si se quiere. De hecho, alguno se sorprendió por cómo lo había hecho. Y esto no tiene por qué implicar que estos chicos y chicas se conviertan en ingenieros.

JLC: ¿Habéis organizado ya varios talleres para niños; algunos desde fabLAB, otros desde auLAB o en colaboración con otras empresas, como es el caso de Robotix. ¿La idea es seguir pensando en este tipo de artefactos diferentes en los que se aúna ingeniería, utilidad, aprendizaje y diversión?

Luis Díaz: Todo depende de cómo siga la investigación en el fabLAB. Si seguimos investigando en torno a los drones, sí. Una de las cosas que nos llama la atención de la fabricación de los aeromodelos es que en ella se combinan muchos conceptos de la ingeniería, la física y la ciencia… mecánica, radio-frecuencia, aerodinámica…  Y esto es interesante porque en un taller, sin profundizar mucho, si tienes una visión general, puedes aprender algo de cada una de estas ramas y ver cómo pueden combinarse todas ellas. Como herramienta de maker fabLAB para el próximo año creo que es interesante trabajar en esto. Y como decimos, es una actividad divertida, amena y muy satisfactoria.

Durante noviembre y diciembre siguen en curso estos talleres. Para más información sobre plazos, precios (24€ y 30€) y modo de inscripción, dirigirse a:

larias@laboralcentrodearte.org

Luis Díaz es responsable de proyectos del fabLAB Asturias. Ingeniero Industrial por la Universidad de Oviedo, con la especialización en electrónica y automática, realiza sus primeros trabajos en el campo de la robótica en 2006 en Treelogic y en 2011 se incorpora a Adele Robots, spin out de la anterior, a nivel teórico en la aplicación de la tecnología a la robótica social y a nivel práctico en el desarrollo de prototipos tanto software como hardware. Desarrollador en C, C++, Java con experiencia profesional en desarrollo web y comunicación de procesos, también realiza sus propios proyectos relacionados con el prototipado de sistemas de audio. A principios de 2013 comienza a realizar proyectos por cuenta propia para terceros, y a mediados de 2013 se incorpora al Centro de producción de LABoral.