Sobre el proceso de Trastienda
Imagina un mundo donde Amazon sea una gran fábrica, Ikea no venda dos muebles iguales, los productos se hagan a medida que se necesitan y se diseñen basados en los comentarios en Facebook de los usuarios. Un mundo donde se pueda intercambiar una silla por clases particulares a través de Skype; un jarrón diseñado en Shanghai sea fabricado por un artesano de Granada, utilizando una impresora de cerámica desarrollada por un grupo de hackers de Helsinki; donde sea posible consultar en Google la historia de una lámpara adquirida en el mercadillo del barrio y las llaves que se pierden simplemente se vuelvan a imprimir en el taller de fabricación de la esquina. Los niños podrían crear sus propios juguetes sacandlos de sus videojuegos preferidos y los souvenirs se enviarían por correo electrónico. La bombilla de la entrada de casa nos podría avisar por Twitter de que necesita ser remplazada. Las casas se comprarían por catálogo y los objetos se desmontarían y transformarían a medida que cambiaran las necesidades de sus propietarios.
Trastienda especula sobre como serán los objetos del futuro reflexionando sobre cómo las redes modificarán la producción de los bienes de consumo. Un mundo donde la producción esté dirigida por el consumo, y la información sea la que determina el diseño. Los mundos de los átomos y los bits se están fusionando, y las implicaciones son profundas.
El desarrollo de Trastienda, proyecto auspiciado por LABoral, se inicia en febrero de 2012 con un primer seminario que tuvo lugar en La Casa Encendida de Madrid. Al equipo principal, compuesto por el colectivo de diseñadores El último grito (Roberto Feo y Rosario Hurtado) como comisarios; Victor Viña, diseñador, como coordinador; Jordi Canudas diseñador; lalaLAB (Clara Boj y Diego Díaz), artistas; Jacobo Alonso de Lucas, arquitecto y Chris Sugrue, artista. En este primer seminario, al que se sumaron quince participantes, se inició una discusión sobre el ámbito y los objetivos de este proyecto abierto de investigación y, con la participación de David Pello como responsable del Fab Lab de LABoral, las posibilidades de la fabricación digital y el centro de producción.
Los distintos perfiles de los miembros del equipo y los participantes en el seminario favorecieron desde un primer momento la transdisciplinariedad del proyecto: diseñadores de producto, de interiores, de interacción, programadores, arquitectos y artistas se propusieron definir las distintas líneas de investigación que serían desarrolladas alrededor de la propuesta inicial de los comisarios, reflexionando sobre posibles alternativas a la producción y distribución en el ámbito del diseño, o, de manera deliberadamente ambigua, imaginar el futuro del objeto online.
Durante cinco días, a través de un proceso inclusivo y participativo, se definieron posibles líneas de actuación, se presentaron ejemplos de proyectos relevantes desde la propia experiencia de los participantes y se identificaron posibles ámbitos de actuación, con la intención de comenzar a definir un vocabulario común que permitiera un posterior desarrollo de las distintas propuestas.
Una primera lista de posibles aproximaciones puso de manifiesto la complejidad del proyecto, al incluir factores no solo relacionados con los sistemas de producción y distribución de bienes, sino también consideraciones sociales, culturales, económicas e incluso éticas y políticas. Estas primeras ideas apuntaban a la importancia de facilitar procesos abiertos y dinámicos (desde el diseño de licencias al diseño participativo); la importancia de compartir metodologías y procesos de creación basados en comunidades de conocimiento (open design); la posibilidad de generar nuevos sistemas de financiación, producción y distribución (desde el crowdfunding al car-sharing); la oportunidad de generar nuevas redes de producción conectando diseñadores, artesanos e industrias locales; la necesidad de generar nuevos sistemas de valor alternativos a la sociedad de consumo (desde el dinero social a economías basadas en la reputación); a buscar alternativas a la obsolescencia de los productos mediante estrategias para extender el ciclo de vida de los mismos (desde sistemas modulares reutilizables al upciclying); el desarrollo de licencias adaptadas a un nuevo contexto post-industrial que permitan la adaptación y evolución de los productos (open hardware) hasta las más evidentes relacionadas con las nuevas tecnologías de fabricación digital (fab labs, impresión 3d y otros sistemas de prototipado rápido), el diseño global para la producción local o la personalización y optimización de objetos mediante la creación de sistemas integrados de software y hardware (desde el diseño paramétrico a los robots de fabricación).
Durante la semana surgieron varias líneas de trabajo que ponen de manifiesto el papel primordial de las herramientas digitales que permiten la aparición de estos nuevos procesos, así como las similitudes (pero también las diferencias) de la producción de contenidos digitales y la producción de bienes de consumo. Estas tendencias, alimentadas por una reciente atención de los medios, pero sobre todo por un crecimiento exponencial de comunidades de creadores independientes o makers, y de sistemas de producción, financiación y distribución alternativos a la industria tradicional, conforman un escenario lleno de posibilidades que es necesario analizar desde una postura abierta y crítica.
Las conversaciones que tuvieron lugar en este primer encuentro se plasman en un mapa que, bajo una serie de conceptos genéricos, agrupa los ámbitos relevantes para el posterior desarrollo de Trastienda.
En abril tuvo lugar el segundo encuentro en LABoral. Los miembros del equipo expusieron sus primeras ideas y una primera serie de propuestas que servirían para, además de ilustrar los ámbitos de actuación de Trastienda, poner en práctica algunas de las aproximaciones y metodologías definidas.
Estas líneas de trabajo son:
- Clara Boj y Diego Díaz proponen reflexionar, desde una aproximación crítica, sobre los sistemas económicos alternativos, integrando a LABoral en el desarrollo de una plataforma de intercambio.
- Jordi Canudas propone la creación de una plataforma online para facilitar la contratación de artesanos y diseñadores para la realización de encargos específicos o piezas únicas adaptadas a las necesidades locales de los usuarios.
- Chris Sugrue plantea la posibilidad de generar sistemas computacionales que integren lo físico y lo digital, mediante la creación de objetos híbridos utilizando sistemas de escaneado e impresión en tres dimensiones.
- Jacobo Alonso de Lucas expone su interés en sistemas constructivos modulares, a través de plataformas que permitan la producción (desde objetos a viviendas) basados en elementos simples de unión.
- Victor Viña apunta la posibilidad de generar aplicaciones de software que permitan transformar los componentes básicos de los catálogos de las grandes cadenas de distribución en materia prima para la creación de productos alternativos.
- blablabLAB (Raul Nieves y Gerard Rubio), que se integran al equipo más tarde, se centran en la obsolescencia programada, desarrollando una serie de productos modificados para subvertir su funcionalidad y su ciclo de vida.
- Joe Pipal propone experimentar desde un punto de vista crítico sobre las técnicas de producción de la cinematografía, con herramientas caseras y teléfonos móviles.
Las propuestas que se presentan tras esta primera fase de Trastienda son únicamente un punto de partida de un proceso más amplio de investigación. Apuntan a nuevas posibilidades de producción y distribución dentro del ámbito del diseño, a nuevas maneras de relacionarnos con los objetos que nos rodean. Más allá de buscar soluciones, estas propuestas de diseño nos ayudan a entender los procesos de cambio en los que nos encontramos sumergidos, cuestionando los paradigmas industriales que han conformado nuestra sociedad desde la Revolución Industrial, dando lugar a una nueva revolución propiciada por la expansión de las redes digitales a todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.
